Ana María Lafuente es la delegada en Castellón del Colegio de Gestores Administrativos, conformado por un centenar de colegiados repartidos por toda la provincia. Estos profesionales trabajan contrarreloj en plena desescalada porque por sus manos pasan importantes expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), además de estar inmersos en una atípica campaña de la renta. Los gestores conocen como nadie cómo está golpeando esta crisis sanitaria a trabajadores y empresas.

--¿Cómo ha cambiado el trabajo de los gestores administrativos a raíz de la pandemia?

--Los gestores administrativos no podemos negar que ha cambiado tanto físicamente como a nivel de volumen de trabajo. Pues pese a ser una actividad esencial, muchos despachos se han pasado a la modalidad de teletrabajo, pudiendo hacer uso de lo aprendido en las formaciones que desde la delegación de Castellón les hicimos en materia de digitalización de despachos; abriendo sus oficinas solo en aquellos casos de imperiosa necesidad y bajo estrictas medidas de seguridad. Por lo que respecta al volumen, se ha observado un desplome de los servicios vinculados a gestiones de tráfico, ya que solo se permitían determinados trámites urgentes, mientras que el volumen de trabajo dedicado al asesoramiento y gestión, tanto fiscal, como laboral de empresas, se ha multiplicado, al tener que conciliar trámites fiscales de impuestos trimestrales, a la par que atender la campaña de renta, junto con trámites laborales de los ERTE, prestaciones por cese y demás.

--Sin duda, ustedes están teniendo un ingente trabajo por el tema de los ERTE. ¿En qué consiste y cómo lo están abordando?

--Ha sido y sigue siendo un asunto pendiente, que no termina con la presentación de la solicitud, que ya fue compleja debido a los numerosos cambios que se realizaron en la normativa, sino que ahora, con el retraso en el pago, se produce un colapso en las empresas, que está dificultando enormemente la vuelta a la normalidad del sector empresarial. Desde los despachos no podemos menos que prestar el apoyo y asesoramiento oportuno a las empresas y trabajadores, pero el cobro efectivo de las prestaciones no está en nuestras manos, aunque nos repercute negativamente a todos.

-Ustedes conocen cómo está golpeando esta crisis sanitaria en la economía de empresas y particulares. ¿Cómo lo ven?

--Tal y como ha puesto de manifiesto una encuesta a nivel nacional realizada por el Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España, también la economía de las empresas y los particulares de la provincia se ha visto fuertemente azotada, muchas familias han tardado muchísimo en cobrar las prestaciones y su situación ha pasado a ser desesperada, tanto en el ámbito de trabajadores como en el de los empresarios, que han tenido que seguir haciendo frente a numerosos gastos. Ahora con la desescalada se observa una recuperación muy lenta, lo que puede acabar generando el cierre definitivo de una parte del entramado empresarial.

--¿Creen que la situación económica será similar a la de la crisis del 2008 o son optimistas?

--Estamos ante algo más que una crisis económica, estamos viviendo un cambio de paradigma como sociedad del que creo que todavía no somos del todo conscientes. Esta vez no se trata únicamente de ser optimista, que por supuesto hemos de serlo, creer en nosotros y en que tenemos la fuerza para sacar esto adelante es fundamental. Pero hemos de ser conscientes de que estamos inmersos en una transición entre dos eras: la industrial/analógica y la del conocimiento/digital. De ahí que para prosperar no quede más remedio que reinventarse, adaptarse a la nueva realidad, para no quedar obsoletos. Las reglas del juego económico y profesional han cambiado de golpe, y hay que visualizar ese cambio como una oportunidad, el reto consiste en saber aprovecharlo, creer en nosotros mismos y reinventarse. Nuestro colectivo profesional es pionero en la adaptación a la administración electrónica y trabajamos día a día por ofrecer plataformas que refuercen los servicios y faciliten a nuestros clientes todo tipo de trámites, haciendo de esta adaptación una realidad.

--El estallido de la pandemia llegó casi a la misma vez que la campaña de la renta. ¿Cómo está transcurriendo?

--El inicio de la campaña de renta en el mes de abril, junto a los ERTE, ceses y trimestrales... fue una auténtica locura en nuestros despachos, pues a la lógica situación de preocupación por la pandemia había que responder a los clientes con agilidad y, con la cantidad de normativa que teníamos en nuestras mesas, fue agotador poder hace frente a todo. Pues, además, ante la petición de alargar plazos para la presentación del 1ºTR/2020 no se obtuvo respuesta hasta el mismo día que teníamos de límite para domiciliar, con lo que tampoco fue de gran ayuda. Es por ello, también, que considero que alargar los plazos como solución para poder completar la campaña de renta, si va a ser del mismo modo, mejor dejarlo como está.