El sector empresarial de Castellón es consciente de las extraordinarias causas de fuerza mayor que han obligado a aplazar el principal evento festivo de la capital. Una actitud comprensiva, pero que no deja de lado las consecuencias para un buen número de empresarios, que esperaban esta semana de la Magdalena como una fecha muy señalada en sus libros de facturación.

El presidente de la patronal turística Ashotur, Carlos Escorihuela, pide a las administraciones una «batería de medidas» para paliar las pérdidas que podría sufrir el sector hostelero derivadas de la suspensión de las fiestas fundacionales, y adelantó que va a reunir a sus asociados para deliberar qué acciones se impulsan de ahora en adelante.

«Esto tiene afección para una gran variedad de negocios, desde el que tenía programado un espectáculo hasta el bar, pasando por un pequeño comercio. Todos ellos han hecho un gran gasto para provisionarse durante estos días, al que no van a poder dar salida», razonó. Esta situación, agregó, «implica una gran problemática con los seguros».

Por el momento, «es difícil cuantificar cuál puede ser el perjuicio económico para la ciudad, es demasiado pronto». «Y mientras tanto, nosotros seguiremos pagando el mismo IBI, impuestos, al personal…», añadió.

Ahora, la gran esperanza para todas las compañías de su segmento es lograr una fecha idónea para la celebración, que sea atractiva y reciba un número de visitantes semejante. Para Escorihuela, una solución adecuada sería un aplazamiento para el mes de mayo, en plena primavera.

La presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón, María Dolores Guillamón, valoró nada más conocer la noticia de la suspensión que la decisión «se toma por el bien de los ciudadanos y atendiendo a las recomendaciones de los expertos, aunque es evidente del impacto negativo tan fuerte y a solo unos días del comienzo de las fiestas». Algo que ella vive «de forma especial, ya que me dedico al sector de la hostelería».

RESPALDO / Guillamón incidió en que esta consecuencia derivada de la crisis de coronavirus «tendrá una repercusión muy grande en la economía», si bien mostró su «total respaldo a las decisiones que tomen las autoridades». En su caso, destacó que desde «comienzos de esta semana ya se iba dando una cascada de cancelaciones» en alojamientos, y reconoció que en la calle existía una preocupación creciente, «sobre todo desde que tuvimos conocimiento de cómo se había expandido el problema en Italia». Por último, mostró el deseo de que la alerta de salud «pase lo más pronto posible» y que la actual preocupación sea recordada como una anécdota a medida que pasen los años.

El dirigente de la patronal autonómica Hosbec, Toni Mayor, hizo referencia a este anunciado cambio de fechas. Valoró que la confirmación de los peores augurios «destrozará las cuentas de resultados» de los hoteles en las localidades que cuentan con acontecimientos festivos en estas fechas. Y añadió ante esta situación: «Llueve sobre mojado», para mencionar que en su sector los efectos «son peores que los de los temporales, económicamente hablando». Mayor espera que estas circunstancias adversas «queden resueltas en el menor tiempo posible, y que las pérdidas anunciadas para estas fechas inminentes queden compensadas».