A finales de abril, en plena eclosión de la pandemia del covid-19, la farmacéutica Vanessa Jorge Vidal tomó las riendas del Departamento de Salud de Vinaròs, con un radio de acción sobre 90.000 habitantes residentes en los municipios de las comarcas de l’Alt Maestrat y Els Ports y con una plantilla que supera el millar de trabajadores. Este es su análisis de la crisis sanitaria y de los retos del futuro.

¿Ha sido esta pandemia la peor situación con la que ha tenido que lidiar en su trayectoria profesional?

La situación de pandemia ha sido nueva para todos los sectores, el mundo se ha enfrentado a una crisis de salud pública desconocida en nuestras generaciones e inesperada, y cada persona hemos aportado lo mejor de nosotros mismos. Pero sí, sin duda ha sido la peor situación profesional a la que me he enfrentado. En la profesión sanitaria, las consecuencias han sido más directas, y hemos vivido situaciones complicadas por la evolución desconocida de la enfermedad, la transmisión, los protocolos en continua evolución... Han sido meses de mucho trabajo con el objetivo de proteger la salud de la población.

¿Ha salido reforzada en estos meses la percepción que los ciudadanos tienen de la sanidad pública?

Desde el principio, la ciudadanía comprendió la situación especial de pandemia y contribuyó de forma excepcional a la protección del sistema. Los equipos profesionales de Atención Primaria y Atención Especializada han trabajado a un ritmo muy elevado, cumpliendo las directrices de la Conselleria y del Ministerio, y continúan haciéndolo porque la situación de pandemia sigue vigente. La sanidad pública y universal es esencial en nuestra sociedad, debemos cuidarla cada uno desde su responsabilidad, porque es de todos.

Los sanitarios en contacto directo con el covid-19 han tenido la suficiente protección siempre

¿Hasta qué punto el departamento de salud de Vinaròs se vio sorprendido con la irrupción de la crisis?

Desde el primer momento, este Departamento de Salud ha seguido todos los protocolos establecidos en las guías publicadas por las autoridades sanitarias. Estos protocolos llegaron incluso antes de la declaración del estado de alarma, por lo que el Hospital Comarcal de Vinaròs y los centros de esta área ya fueron adaptando su actividad a las circunstancias cambiantes y a las instrucciones que llegaban. En este sentido, todos los profesionales y todas las categorías han hecho un esfuerzo enorme por ajustar cada una de las rutinas asistenciales y laborales a las exigencias clínicas de la pandemia. Contamos con excelentes profesionales en nuestros equipos.

¿Cómo ve el sistema sanitario en Vinaròs tras la pandemia? ¿Está preparado para afrontar una segunda oleada de una virulencia similar a la primera?

La principal ventaja con la que podemos contar es con la anticipación de las situaciones y ahí tiene gran importancia el trabajo de control y rastreo que se hace desde Atención Primaria y desde el Centro de Salud Pública de Benicarló. Además, el análisis de la oleada de marzo nos ha aportado experiencia en el control de esta enfermedad y la implantación de todos los protocolos clínicos, tanto en el Hospital de Vinaròs como en los centros de salud. La única incógnita es el cuándo y a cuántos.

Sobre todo en las primeras semanas de la pandemia hubo quejas sobre la protección de los sanitarios frente al covid-19. ¿Cree que han tenido a su disposición en todo momento los medios adecuados que requería la situación?

La incierta evolución de la pandemia y el incremento súbito de las hospitalizaciones en el inicio provocó situaciones de alarma que después se controlaron de forma eficaz. Los profesionales con contacto directo con pacientes de covid-19 siempre tuvieron equipos de protección suficientes.

Desde el inicio de la pandemia hemos contratado a 183 nuevos profesionales de refuerzo

Hemos asistido a comportamientos irresponsables sobre todo del sector de edad más joven que han provocado rebrotes. ¿Habría que reforzar ya desde las escuelas una mínima educación sanitaria?

El colectivo sanitario estamos muy agradecidos por el comportamiento cívico y ejemplar de la sociedad durante el periodo de confinamiento porque permitió el control epidemiológico de la pandemia. Además, recibimos multitud de muestras de gratitud y apoyo durante esos meses, tanto en forma de aplausos, como en donaciones materiales que provenían de particulares, empresas, pequeños comercios locales e instituciones locales, como los ayuntamientos. Nos ha emocionado la solidaridad de la población a la que asiste este departamento y a la que desde el sistema sanitario continuamos pidiendo colaboración y prudencia porque el riesgo persiste. No es una cuestión de edad.

Uno de los efectos colaterales de la pandemia ha sido el recrudecimiento del colapso de las listas de espera. La consellera ha dicho que se aumentarán los recursos humanos y materiales, si es necesario, para bajar la curva. ¿Cuáles son las perspectivas de solución?

La gestión de la demora sanitaria en el Departamento de Salud de Vinaròs siempre ha ido ligada a los recursos asistenciales disponibles, teniendo en cuenta que es un departamento limítrofe. Desde el inicio de la pandemia se ha contado con más personal en todas las categorías asistenciales. En total, hemos gestionado la contratación de 183 nuevos profesionales de refuerzo y estamos trabajando en esa dirección.

Los MIR de Castellón están en huelga indefinida pidiendo mejoras laborales. ¿Cómo valora esta reivindicación?

La huelga es un derecho constitucional y, como colectivo, el personal en formación puede reivindicar todas las mejoras laborales que considere oportunas. La formación MIR es esencial para el sistema porque nos aporta profesionales sanitarios cualificados al más alto nivel.