Si los electores castellonenses y del resto de la Comunitat y el país viven un sobresalto tras otro --van a sumar sus cuartas elecciones generales en cuatro años el próximo 10 de noviembre (10-N)-- desde hace ya demasiado tiempo, la volatilidad de la escena política continúa con su escalada. En los cinco días de esta semana que han vuelto a irrumpir nuevos elementos que van desde la decisión de Compromís de formar parte de una plataforma con el partido de Errejón, Más Madrid, hasta la posterior oferta de Podemos, los traicionados, para hacer una entesa al Senado con los nacionalistas, pasando por los intentos frustrados de la derecha, también en la provincia, de incorporar a Ciudadanos --lo ha pedido el presidente del PPCS, Miguel Barrachina-- a unirse al paraguas de España Suma, aunque solo sea en esta circunscripción.

Múltiples incógnitas

Después del arranque de la fragmentación de izquierdas y derechas en el 2015 con la irrupción de Podemos y Ciudadanos, acentuada en los comicios del pasado 28 de abril por la entrada de Vox, ahora es la plataforma errejonista, que podría presentarse en 17 provincias, la que desgarra un poco más el panorama sin que, al parecer, se vayan a modificar significativamente los equilibrios entre bloques. Crecen las incógnitas, especialmente en lo que se refiere a la movilización de un electorado saturado ya por la incapacidad de la clase política de formar un Gobierno. Si la abstención se rebajó el 28-A hasta el 24,4% en Castellón --fue del 27,4% en el 2016 y del 25% en el 2015--, no hay acuerdo sobre las expectativas para el 10-N, ni sobre a quien beneficiarán sus oscilaciones.

Los socialistas

Por partidos, el PSOE, que obtuvo en la provincia 92.379 votos el 28-A, con los que arrebató el liderazgo al PP, repite listas, con Susana Ros de uno al Congreso y Artemi Rallo al Senado, y lo hace, en principio, crecido, con la expectativa de que las aspiraciones de Pedro Sánchez de ir a más arrastren también en Castellón, Crecido por gobernar en la Diputación, continuar al frente del Consell y los ayuntamientos más importantes, incluido el de la capital.

Los populares

El PPCS se dejó casi 43.000 apoyos entre las elecciones del 2016 y el 2019, cuando cosechó poco más de 63.000 en la provincia. Barrachina ha intentado llevar a Castellón el España Suma con Ciudadanos, con el no de los naranjas. El PP, en base a las encuestas --salvo la del CIS-- apunta a una recuperación que podría hacerle ganar un segundo diputado. Ahora solo tiene a Óscar Clavell, que repetirá de uno.

Compromís

La coalición ha optado por la solución menos mala, surgida in extremis, para evitar tener que ceder a Podemos los puestos de salida después de haberse quedado con un solo diputado en toda la Comunitat y perder el escaño de Castellón. Es una de las principales incógnitas ahora planteadas, hasta donde este pacto podrá elevar los 16.713 votos del 28-A. Falta ver también si hay acuerdo para el Senado con Unidas Podemos.

Ciudadanos

El partido naranja no ha cerrado, ni de lejos, las profundas heridas de la grave crisis interna que está enquistada en Castellón. Con toda probabilidad, no cambiará listas para evitar más desgastes pese a que Sandra Juliá está muy cuestionada. Obtuvo en abril 51.017 apoyos, acercándose al PP. Ahora las previsiones son menos ambiciosas.

Podemos

Los podemitas, que lograron un escaño en el Congreso por Castellón en abril (con 43.656 votos) han visto frustrada su intención de reeditar en condiciones ventajosas la coalición A la valenciana, por la doble traición de Íñigo Errejón y Compromís. Ahora, es imprevisible cómo puede afectar el nuevo escenario a sus opciones.

Vox

Tras su espectacular irrupción en abril, con 37.551 apoyos, el partido de la ultraderecha parece desinflado pero, una vez más, decidirán las urnas.