Una de las consecuencias de la falta de lluvias abundantes en Castellón es que los embalses de la provincia tienen cada vez menos agua almacenada. Concretamente, están al 35% de su capacidad, el registro más bajo de los últimos cinco años. Pero este recurso no solo es imprescindible para la vida humana y para la agricultura, sino que también es un bien escaso y muy importante para que los bomberos «den una respuesta rápida en caso de incendios forestales».

Así lo reconoció el director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, en su reciente visita al aeropuerto de Castellón. Hasta ahora, la provincia no ha sufrido ningún gran fuego como el de Llutxent, pero de darse el caso sería prácticamente imposible que los helicópteros y aviones anfibios pudieran repostar en los embalses de Ulldecona, María Cristina, Arenós y Regajo, mientras que el del Sitjar aguanta mejor, aunque también ha visto como su capacidad menguaba en las últimas semanas.

De hecho, esta última es la infraestructura hídrica clave de la provincia para combatir posibles incendios, debido fundamentalmente a su proximidad con dos pulmones verdes como son la Serra d’Espadà y el Desert de les Palmes. En su caso, la situación es ligeramente mejor, al encontrarse al 51,5%, según el último boletín del Ministerio para la Transición Ecológica. Aún así, en menos de dos meses ha empeorado notablemente, pues a principios de julio estaba al 61%.

Ángel, acompañado de varios bomberos especialistas en medios aéreos, indicó que este embalse también será «inhábil» para la gestión de los fuegos si la falta de lluvias persiste.

CIFRAS MUY BAJAS // Los datos del Gobierno evidencian que las altas temperaturas del verano, sumadas a la escasez de precipitaciones, hacen mella en los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que por primera vez en muchos meses bajan del 30% de capacidad (están de media en el 29,9%). En el caso de la provincia, son especialmente preocupantes los pantanos de María Cristina y Ulldecona, al 3,5% y 1,3%, respectivamente. El responsable de la Agencia de Seguridad y Emergencias recordó que también se puede usar agua del puerto en caso de fuegos forestales, pero que es más complejo porque, por cuestiones de protocolo, hay que paralizar el tráfico marítimo para llevar a cabo las cargas.