Más de 80 ciudades españolas acogieron ayer miércoles movilizaciones para conmemorar un Primero de Mayo que obedecía a un mismo patrón: la reivindicación de una mejora salarial y condiciones laborales de los trabajadores, un reparto más justo de la riqueza, pensiones dignas y, sobre todo, medidas que palien la brecha social y laboral que sufren las mujeres, de ahí que las voces feministas se oyeran con suma contundencia en la mayoría de estas movilizaciones, en las que ya se barajaban posiciones a favor de la convocatoria de una huelga general.

La manifestación más numerosa --50.000 personas, según los organizadores, y 12.000, según la Delegación del Gobierno-- fue la de Madrid, donde participaron los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez. En Barcelona, miles de personas también salieron a la calle para reivindicar salarios y pensiones dignas y alzar la voz contra el retroceso que perciben en los derechos sociales en España y contra «la justicia patriarcal». En este caso, la Guardia Urbana cifró en 8.000 los asistentes, mientras que estas centrales aseguraron que se había logrado movilizar a unas 30.000 personas.

CAMPAÑA DE protestas // Tanto Sordo como Álvarez incidieron en la necesidad de «más presión en la calle» y amenazaron con movilizaciones crecientes, ya que aunque abogaron por impulsar «un sindicalismo fuerte» para conseguir una distribución más justa de la riqueza que se genera, no es posible hacerlo solo «con rabia e indignación».

Los sindicatos CCOO y UGT instaron al Gobierno y a la patronal a que escuchen el clamor de la calle y cedan a las reivindicaciones de los trabajadores sobre todo en materia de empleos, salarios, igualdad y pensiones.