La maquinaria cerámica vive un 2019 difícil. Tras tres años de crecimientos de dos dígitos, la desaceleración y el fin de un ciclo de inversión por parte de las empresas del clúster azulejero provocan que el sector se enfrente a una caída de las ventas del 40% hasta el tercer trimestre. En este contexto, y con una amenaza de huelga inminente en el sector del metal, la patronal Asebec celebró su asamblea anual en la que sumó a seis empresas a su estructura.

El presidente de Asebec, Juan Vicente Bono, habló sin tapujos y aseguró que el sector pasa un año «muy malo». Las empresas llevaban un lustro de crecimiento ininterrumpido que se había acelerado en los últimos tres años con incrementos de ventas de dos dígitos y que habían permitido a las empresas asociadas a Asebec superar el volumen de negocio previo a la crisis. En concreto, cerraron el 2018 con una facturación de unos 483 millones de euros, cuando el mejor ejercicio precrisis se había situado en torno a los 336 millones.

No obstante, Bono advirtió de que, con datos cerrados hasta septiembre, las ventas se han reducido un 40% con respecto al 2018, lo que implica que el sector podría perder en solo un ejercicio lo que había ganado en tres años, situándose en una facturación similar a la del 2016 (394 millones de euros). Bono explicó que los motivos son la desaceleración de la economía y el parón inversor de las empresas azulejeras, que «han invertido mucho en los años previos para adaptarse a los cambios tecnológicos».

Asebec reeligió a Bono como presidente en una asamblea previa a una cena en la que estuvieron el conseller de Economía, Rafael Climent, y el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu.