La decisión de la Conselleria de Sanidad de trasladar el almacén del Centro de Transfusión de Castellón, efectiva desde ayer, ha sido acogida con sorpresa por los colectivos profesionales, que coincidieron en señalar que el actual sistema logístico centrado en la capital de la Plana funcionaba correctamente.

Los facultativos apuntaron que “es un contrasentido que, mientras en el plan de salud presentado recientemente se abogaba por la descentralización, ahora se opte por este sistema de concentración”, según señaló el presidente del Colegio de Médicos, José Antonio Herranz, quien admitió que puede haber razones, pero les “sorprende” cuando han “visto las ventajas que conlleva toda descentralización”. Desde Conselleria se apostilló ayer que la medida se ciñe a urgencias ya que los hospitales de la provincia seguirán disponiendo de sus propios almacenes y reservas para cubrir sus necesidades.

El sindicato Satse, por su parte, reclamó más información ante lo que consideran “un error”, de ahí que pidan explicaciones a Sanidad. “Tenemos muchas dudas sobre su operatividad cuando el sistema estaba funcionando bien como estaba”, indicó su secretario provincial, José María Calas.

Desde el resto de sindicatos, se reclamó más información y no polemizar políticamente en un asunto tan importante.

habrá “cinco centros” // El responsable de Sanidad del PSPV-PSOE en Castellón, Miguel Alcalde, por su parte, criticó “el alboroto” creado por el PP cuando fueron ellos los que comenzaron en 2009 el “proceso de centralización del servicio”. Al respecto, señaló que con las actuales medidas, refuerzan “cinco centros de sangre en la provincia y no se cierra nada”, a lo que añadió que a partir de ahora se impulsará que cada hospital tenga un departamento y pida directamente sus necesidades de sangre a Valencia, sin tener que pasar por el Hospital General de Castellón, que mantiene las unidades fijas y móviles, detalló a través de un comunicado de prensa.

Desde las filas populares, por su parte, la coordinadora de Acción Social del PP, Elena Vicente-Ruiz, acusó a Ximo Puig de “dejar a Castellón sin el banco de sangre mientras invierte dinero público en su propia empresa”, además de acusarle de “convertir a los castellonenses en valencianos de segunda”. Vicente criticó que “para ahorrarse 50.000 euros se cierre un banco de sangre, poniendo en riesgo la vida de los vecinos, pero se inviertan 140.000 en rescatar la empresa Carns de Morella”. H