La eucaristía regresará en Navidad a una iglesia de Sant Pere renovada. El templo del Grao de Castellón está siendo objeto de la primera reforma, de fondo, desde que se inauguró en 1948.

Las obras, que se iniciaron en julio, han obligado desde entonces a hacer la misa en los salones parroquiales anexos al templo. Su párroco, Albert Arrufat, confía en que los trabajos puedan finalizar durante este mes de noviembre. Lo que sí es seguro, explica, es que la misa de Navidad -una de las más importantes del año- se oficiará ya dentro de la iglesia, en el altar mayor.

El cura asegura que está siendo complicado cuadrar horarios de liturgia con los de catequesis y de reuniones varias, que se hacen también en los mismos salones parroquiales. Sin embargo, el sacerdote dice que lo están gestionando bien y que son unos problemas menores, ya que lo importante es que se remodele y adecente el templo.

LOS TRABAJOS // Las obras solucionan un problema estructural en la cubierta de Sant Pere. En concreto, están reforzando las vigas antiguas con otras de hierro, y se está aislando e impermeabilizando la zona. También se actúa en la adecuación de la instalación eléctrica y en la parte de los despachos, donde se realiza trabajos para redistribuir la zona.

La intervención está valorada en 300.000 euros y será financiada básicamente por la parroquia -con donativos de los feligreses- y el obispado de Segorbe-Castellón, según manifiesta Arrufat. Quitando la aportación de baldosas por parte de una empresa, dice, se ha pedido un préstamo bancario de 200.000 euros a 20 años.

Hay que recordar el valor artístico y patrimonial del templo, que fue construido por Vicente Traver, y en su interior se encuentran tesoros con el San Pedro que preside el altar, obra del escultor Antonio Greses, o la escultura procesional del primer Papa, de Agapito Vallmitjana; la imagen del Cristo Resucitado de Ángel Acosta, o la figura del Sant Sepulcre de Vicente Ramos y las pinturas de Juan Masagué.