Cuando en 1992 tuve la suerte de heredar carpetas llenas de propuestas que habían llegado al área de Cultura del Ayuntamiento, fui feliz al poder colaborar con el concejal Miguel Ángel Mulet para iniciar la campaña de ‘Castelló a Escena’. Allí estaba la savia de muchos años de teatro en Castellón y muchos nombres que han hecho felices a la gente. Y allí estaban las huellas de quienes cuarenta o cincuenta años antes, habían convertido a Castellón en una ciudad eminentemente teatral. Los Forcada Polo, Fermín Andreu, Santamarta habían dejado la huella del sainete de nuestro costumbrismo, la presencia del ‘Xato Castanyero’ y el eco de ‘Les trapisondes de Tafolet’.