La petición de becas universitarias al Ministerio de Educación ha bajado, este curso, por primera vez en los últimos cinco años en Castellón. Desde el curso 2012/13, la Universitat Jaume I (UJI) ha visto cómo se ha ido incrementando la cifra de alumnado que solicitaba una ayuda a la matrícula, el transporte y la vivienda, en una tendencia al alza que tocó techo el pasado curso, cuando se batieron los récords de la convocatoria general, tanto en lo que respecta a la demanda como a las ayudas concedidas.

Con las cifras en la mano, en el 2012/13, fueron 5.696 los universitarios de Riu Sec que las pidieron, y, tras los 6.025 del 2013, los 6.412 del 2014 y los 6.484 del 2015, este curso ha habido un descenso hasta los 6.209. Desde el Consell de l’Estudiantat, Salva López espera que «no pase lo mismo con la concesión de las ayudas», ya que el pasado año se llegó al máximo de 3.940 beneficiarios, por encima de las 3.648, 3.446 y 2.875 de los tres cursos anteriores. «Por lo menos, que se mantengan, que no bajen», dice.

Y todo esto, en un contexto en el que están pendiente de pago, aún, las 800 becas de la Conselleria desbloqueadas tras el recurso de la Universidad Católica de Valencia contra Educación.

LOS REQUISITOS, UN HÁNDICAP // López señala que «los requisitos para optar a una beca ya son un hándicap desde que el Ministerio los endureciera, sobre todo en lo que respecta a las notas, con un 6,5 ó a la media de créditos aprobados». Si bien es cierto, dice, que «han sido dos cursos en los que se han incrementado las ayudas, que no las dotaciones, y eso, junto con la tardanza en dar el OK, en abril o mayo, hace que muchos estudiantes que están en el límite del sí o el no se lo piensen». «Para muchas familias, es difícil, si te deniegan la beca, pagar a final de curso de golpe la matrícula, por eso mucho optan por financiarla y pagarla de manera fraccionada». H