Aunque en ningún momento las nombró directamente, las elecciones autonómicas de este año estuvieron muy presentes en el discurso con el que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, despidió el 2018. El jefe del Consell reivindicó la obra y el talante del Pacte del Botànic y propuso a la ciudadanía renovar un «contrato social valenciano» que pasa por el empleo, la igualdad de oportunidades y la democracia. Precisamente sobre la democracia, Puig dijo que «no es irreversible» en referencia a Vox, cuya irrupción en Andalucía ha provocado un terremoto electoral que podría tener réplicas en otras autonomías.

El dirigente reivindicó las políticas de su gobierno en los últimos tres años y puso el acento en aspectos sociales como el fin de los copagos, la sanidad universal o los libros de texto gratuitos. Pero también reconoció que queda «mucho por hacer», y mencionó especialmente a aquellos a los que no ha llegado la recuperación. Es decir, Puig propone que el 2019 y los ejercicios siguientes sean de profundización en el proyecto de «honradez, diálogo y estabilidad» que para él es el Botànic.

El president llegó a decir que el año recién estrenado es «decisivo» para que la Comunitat se convierta en «una de las regiones más innovadoras, prósperas y dinámicas de Europa». Eso sí, en otra afirmación relacionada con el ascenso de la ultraderecha, pidió no caer en la tentación de optar por soluciones «simples, pero equivocadas». Su propuesta pasa por la estabilidad y el diálogo, que contrapuso a lo que «por desgracia pasa en otros territorios».

apoyo al sector Citrícola // El jefe del Consell, en cuyo despacho había un cesto con mandarinas, mandó un mensaje de apoyo a sectores económicos que viven momentos de incertidumbre, entre los que incluyó el citrícola. «El Consell estará donde tiene que estar, a su lado», afirmó.

Puig tuvo palabras para el movimiento feminista y reiteró como «irrenunciable» la consecución de un nuevo sistema de financiación y la llegada de inversiones justas a la Comunitat.