Coincidiendo con la semana de la cumbre climática en Madrid, en Castellón son varios los actos que ponen el acento en los escenarios de futuro en el ámbito más próximo. Uno de ellos fue la conferencia que ayer ofreció el catedrático de Análisis Geográfico y director del Laboratorio del Clima y Teledetección de la Universitat Jaume I , José Quereda, en el Aula Isabel Ferrer de la capital de la Plana. Este experto mostró a los espectadores la evolución de las temperaturas y las precipitaciones en las últimas décadas en la provincia, que a su entender confirman el cambio climático. No obstante, se mostró convencido de que «estamos a tiempo».

Quereda aseguró que en el último siglo el mercurio se ha incrementado aproximadamente un grado en la provincia y añadió que la hipótesis más probable para el 2080 es que las temperaturas suban al menos otro medio grado. «Los datos que manejamos para Castellón están muy en la línea del último informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC)», que data del 2014 y que «en su momento moderó mucho las previsiones del anterior estudio, que apuntaba aumentos del mercurio de entre tres y cuatro grados que no cuadraban con los datos locales».

El catedrático aseguró que en el medio plazo también habrá, en la provincia, mayor aridez por un «descenso moderado» de las precipitaciones, así como un incremento de los fenómenos naturales extremos. No obstante, matizó que, como evidencian ya los hechos, esto último tendrá más afectación en el sur de la Comunitat.

ESCASEZ DE RECURSOS

Con todo, Quereda explicó que el desafío climático es «más global que local» y que, en este sentido, la descarbonización de la economía por la presumible reducción de recursos y combustibles fósiles son los grandes retos. «Esto puede traducirse en dificultades para mantener el crecimiento económico y, consecuentemente, más paro y dificultades para mantener el nivel de vida», indicó.

«La investigación puede jugar un papel clave y hay fuentes de energía, como las renovables o el hidrógeno, que pueden contribuir a buscar salidas», añadió el investigador de la UJI, que se mostró optimista y afirmó que «hay tiempo» pese a que echa en falta más voluntad política.