Hasta 300.000 euros en mantenimiento de impresoras, tóner y diverso material de oficina pagó la Subdelegación del Gobierno con dinero público entre 2009 y 2017, siendo las facturas abonadas presuntamente falsas. La Policía Judicial considera que hay indicios más que suficientes de que una empresa de mantenimiento de maquinaria informática de la Ciudad del Transporte y una pequeña papelería de la calle San Roque facturaban la citada cantidad de dinero «hinchando» recibos, incurriendo en presuntos delitos de malversación. El tesorero de la institución y principal implicado en la trama, Vicente G.M., declaró ayer ante el titular del juzgado de instrucción número 1 de Castelló, donde admitió, al igual que ya hizo en la comisaría, que se llevaba un 30% de estas facturas falsas, de las que obtuvo unos 200.000 euros.

Los dos responsables de dichas mercantiles han sido detenidos en el marco del caso Subdelegación. Por lo que respecta a la copistería, agentes de la Policía Nacional detectaron que había estado facturando en concepto de alquiler de impresoras cantidades muy superiores a las establecidas en sus contratos. Por ejemplo, en el 2009, la Subdelegación pagó a esta empresa 8.000 €, 6.500 más de los que le correspondían.

Lo mismo continuó sucediendo en el 2010 (con un exceso de 7.500), en el 2011 (7.000 más), el 2012 (con un exceso de 2.500), el 2013 (con 3.800 más) y así sucesivamente hasta el 2017, cuando detectaron el supuesto fraude. La suma de las cantidades abonadas por la Subdelegación del Gobierno excede en total 40.500 euros sobre lo estipulado. Según la Policía Judicial, la documentación aportada, lejos de justificar esta facturación excesiva, demuestra que los recibos también están por encima de los albaranes --el material entregado--.

TESTIMONIOS / El gerente de esa empresa reconoció en su declaración como arrestado que el tesorero de la Subdelegación Vicente G.M. le pedía «otro tipo de material y decía que se lo facturara con los conceptos habituales relacionados con las impresoras».

«A veces me pidió que le entregara el pedido de forma discreta, en alguna bolsa o caja que disimulara el contenido», afirmó en presencia de su abogado.

Las facturas investigadas por el Juzgado de Instrucción 1 de Castelló muestran, a ojos de los investigadores, el suministro de objetos que nada tienen que ver con la actividad de la institución. Entre ellos figuran una PlayStation 3 con un videojuego de guerra, tres ordenadores portátiles, dos cámaras fotográficas de alta gama, dos tablets y recargas de teléfonos móviles. Unos objetos que habrían ido destinados al disfrute de Vicente G.M. y otro habilitado de gastos ya fallecido.

UNA PEQUEÑA PAPELERÍA / El caso de la papelería mencionada todavía es más evidente, según los agentes. Y es que trabajadores de la Subdelegación han declarado no haber visto nunca entrar material de ese establecimiento. «Algunas de las cosas que he visto facturadas de esa papelería son materiales que nunca se han usado aquí», contó uno de los funcionarios de la institución.

Vicente G.M. confirmó en su declaración en la comisaría provincial que encargaba a la papelería la elaboración de facturas falsas de material a cargo de la Subdelegación, procediendo a repartirse el importe total de las mismas. Asimismo, tras analizar el ordenador del funcionario apartado de sus funciones, la Policía Judicial no encontró ningún e-mail entre el tesorero y la papelería que acreditara la petición de material (facturaron grandes cantidades de papel, libretas, rotuladores...). Los responsables de la papelería expresaron su deseo de declarar ante el juez y no así ante la Policía Nacional.