El inicio de los trámites por parte del Ayuntamiento de Castellón para que las tascas sean declaras zona gastronómica, anunciado por parte del equipo de gobierno, fue recibido ayer por los hosteleros con optimismo porque consideran que favorecerá la continuidad de sus negocios, si bien advierten de que sería necesario que esta catalogación fuera acompañada de la prolongación del horario de consumo de alcohol en la calle hasta las 23.00.

Actualmente, en base a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat, de febrero del 2017, se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en la vía pública más allá de las 22.00 horas en las calles Barracas e Isaac Peral, y el equipo de gobierno está intentando alargarlo hasta las 22.30, a través de la actualización de las medidas de la zona acústicamente saturada (ZAS). Un punto medio en el que se quiere situar el Ayuntamiento para satisfacer a Castelló sense Soroll y a los hosteleros afectados, buscando un complicado equilibrio entre el ocio y el descanso.

Ley de salud

El portavoz de los empresarios de las tascas de Castellón, José Romero, considera que la declaración como zona gastronómica, que plantearon a los grupos políticos previamente a la modificación de la ley de salud pública que la hará posible, «es una buena salida a los negocios, pero tiene que permitir alargar hasta las 23.00 el horario de venta de alcohol en la calle y así adaptarse a la ley estatal, ya que la de la Comunitat es la más restrictiva del Estado», detalla.

«Agradecemos el esfuerzo que se está haciendo desde el Ayuntamiento, teniendo en cuenta las demandas de Castelló Sense Soroll, y esperamos reunirnos en septiembre para poder abordar los detalles y trabajar de forma conjunta», avanza Romero.

PÉRDIDAS DEL 50%

Las restricciones que pesan sobre las tascas, entre sentencias judiciales y la declaración como zona acústicamente saturada (ZAS), han mermado «más de un 50% de las cajas» de estos negocios, hasta llegar a una situación «insostenible», según explican los empresarios. De las ocho tascas que llegaron a estar abiertas en las calles Barracas e Isaac Peral, quedan cinco, y no se descarta que puedan haber más cierres si no se dan más facilidades para sacar rendimiento a estos negocios que prácticamente trabajan tres días -jueves, viernes y sábado-, con la venta de alcohol en la calle prohibida a partir de las 22.00 horas.

Los empresarios, además, agradecen que el consistorio recurra al Supremo la sentencia del TSJCV que veta el alcohol.