Alrededor de 2.000 personas --según los organizadores, que bajaron la persiana de sus negocios para que los clientes se sumaran a la convocatoria; 350 según la Policía Local-- asistieron ayer a la concentración en defensa de las tascas y en contra de la ZAS convocada por la Associació Tasques de Castelló en la plaza Santa Clara. Un acto en el que los hosteleros (con frases como Salvem les tasques, Queremos mediciones, Restauración responsable es cultura popular o No somos ZAS) reivindicaron esas calles como un «espacio cultural, gastronómico, controlado y responsable y no como ocio nocturno» con el fin de evitar la ZAS de las tascas, como es ahora. Recordaron el cierre de comercios en la ciudad y denunciaron haber recibido «advertencias severas por parte del Ayuntamiento de Castelló para que no se celebre esta concentración». «Tanto el consistorio como algunos vecinos que van de su mano no apoyan las tascas y desde hace años los empresarios de estas calles solamente han encontrado piedras en el camino», aseguraba la entidad en el texto leído ante los asistentes en el centro de la ciudad.

«SIN MEDICIONES»/ «A consecuencia de las presiones del Ayuntamiento, hemos cerrado tres tascas y hemos tenido que reducir plantillas», puntualizaron, tras recordar que no hay mediciones acústicas que avalen y certifiquen la ZAS porque estas deben de realizarse continuamente durante los 365 días del año. «Solamente tienen informes técnicos y no mediciones con las normas que dicen seguir», afirmaron los propietarios de las tascas en el comunicado que dieron a conocer y que recogió «los años y años de mentiras y engaños por parte del municipio de Castelló» que les ha llevado a «esta situación».

En el transcurso del acto, José Romero, uno de los hosteleros afectados, presentó el proyecto de «solución» para evitar el ruido. El plan contempla un techado con lamas (como adelantó Mediterráneo) y siete ventiladores para mantener la calidad del aire y garantizar la disminución de los decibelios en la zona de las tascas, condición indispensable para invalidar la ZAS y declarar la zona como gastronómica, que es lo que reivindican los empresarios en la actualidad.