La borrasca Gloria pasó dejando un reguero de destrozos, especialmente en el litoral de la provincia, que costará tiempo reparar, también daños en masías y granjas del interior. Es la cara menos amable de un temporal que también ofrece una lectura optimista desde el punto de vista hídrico. Y es que las lluvias caídas y el deshielo de la gruesa capa de nieve, que ha llegado a espesores de un metro de altura, está llenando los cauces y los barrancos de la provincia, ofreciendo imágenes poco habituales de ríos, normalmente vacíos, con agua bajando.

Un brindis a la naturaleza, ya que la flora y fauna de estos parajes rebrotará. También a nivel humano es fundamental la gran cantidad de agua recogida y, especialmente, la nieve acumulada porque recargará los acuíferos, que son la principal fuente de suministro de la provincia. En concreto, dan servicio a un 70% de la población, encontrándose los más importantes en la zona litoral de la Plana.

«Han sido unas lluvias muy interesantes, porque han sido abundantes, pero no excesivamente intensas, es decir, no han sido torrenciales, por tanto, se prevé una adecuada infiltración del agua en el subsuelo», explica el catedrático de Hidrogeología de la Universitat Jaume I, Ignacio Morell. El experto remarca que, aunque el efecto más visible a corto plazo es el aumento en el caudal de los ríos y pantanos de la provincia, será la contribución a los recursos subterráneos la parte más notable. «El proceso de infiltración es lento, pero fundamental para recuperar los acuíferos, por lo que tendrán suficiente reserva cara a atender la demanda creciente que se registra en la zona de la costa durante el verano, ya que es ahí donde se encuentran los más importantes en cuanto a capacidad», indica.

De igual modo, el catedrático lanza un mensaje tranquilizador sobre el estado general de esta fuente de suministro indispensable al asegurar que se encuentra «mucho mejor», en cuanto a calidad y cantidad, que hace 15 años, porque se ha reducido su explotación, lo que ha permitido su recuperación paulatina.

millars // Mientras el proceso de la infiltración lleva su tiempo, lo que sí se está notando ya es el incremento del agua embalsada y la recuperación de cauces. Sin ir más lejos, el paisaje protegido de la desembocadura del Millars, formado por Burriana, Almassora y Vila-real, ha vuelto a tener un caudal de agua permanente desde el embalse del Sitjar, en Onda, hasta la playa de Les Goles entre los términos de Burriana y Almassora. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha decidido realizar un desembalse técnico de hasta 50 metros cúbicos por segundo desde el Sitjar para evitar que llegue al límite de su capacidad de almacenamiento como medida de prevención. Y es que hay que tener en cuenta que ha nevado con abundancia en la zona de cabecera del Millars y también en las zonas altas de sus afluentes más importantes, como son los ríos Linares o Villahermosa y el Carbó.

Otra imagen que no se veía desde hacía dos años es la del río de l’Alcora lleno de agua, lo que levantó la curiosidad de los vecinos. La capital de l’Alcalatén es la única localidad de España que su término municipal comprende tres embalses, el ubicado en la pedanía de La Foya, que está rebosando al 100%, el del Sitjar, que ha subido a más del 65%, y el de María Cristina, que se encuentra en un 20%, aunque con el acumulado que baja del río Monleón desde las tierras aragonesas se espera que embalse mucha más agua en los próximos días.