La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que reconoce el derecho de los alumnos de la Universidad Católica de València a realizar sus prácticas académicas en los hospitales públicos valencianos tras el veto lanzado por las consellerias de Sanidad y Educación en el 2016 ha reabierto una vieja herida en la Universitat Jaume I (UJI). Ante el fallo del TC, recurrible, el decano de la facultad de Ciencias de la Salud del campus público castellonense, Rafael Ballester, se rebela y exige «primar siempre el criterio de excelencia del alumnado de las universidades públicas por encima de criterios economicistas, evitando el uso con fines privados de unos servicios públicos, que provoca, además, una saturación de los profesionales y una merma en la calidad de la docencia asistencial en Castellón».

El decano reivindica, de nuevo, que los «estudiantes de la universidad privada deben hacer sus prácticas y formarse en centros también privados». «Las plazas para prácticas que hay en los cuatro hospitales públicos de Castellón las necesitamos», señala, y explica que en su momento, la UJI echó un cable al CEU para que sus estudiantes ya matriculados no se quedaran sin esta parte de sus estudios, de 3º a 6º de Medicina y de 2º a 4º de Enfermería, pero que no era una solución definitiva, sino provisional y que la Cardenal Herrera debía buscar una solución por su cuenta.

La fotografía actual, y desde el curso 2016/17, muestra cómo medio centenar de alumnos --469 el primer año-- siguen compartiendo las prácticas «como si se tratara de erasmus locales, con estancias temporales», con el estudiantado de la UJI, y es «la universidad quien paga al profesorado asociado asistencial». Pero, como dice Ballester, «no es solo el gasto». «Estamos teniendo muchos problemas, porque son casi tantos estudiantes como los de la UJI, con lo que la gestión se dobló prácticamente, y no hay plazas suficientes para dar calidad».

Y, aunque el CEU confía en «obtener el mismo fallo» en su propio recurso, sí tienen claro que esta sentencia «avala este derecho en las tres provincias». La UJI reclama poner fin a «la penosa mercantilización que ha viciado la tutorización», y tender a unas prácticas «de la máxima calidad y sin sufrir saturaciones».