El secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, considera necesario que caigan “entre 60 y 80 l/m2 tras casi 100 días sin lluvia”. Mampel indica que la cantidad recogida este domingo “no moja ni un papel”. Las borrascas atlánticas --las que se vienen produciendo hasta la fecha-- llegan muy desgastadas al Mediterráneo y acompañadas de vientos de poniente, que traen calor y sequedad, con lo que, al cabo de dos horas, la pequeña humedad se ha disipado. “Hace falta que se dé una situación de vientos de levante”, dice.

Señala que la mezcla de calor y falta de precipitaciones “está generando pérdidas, porque el regadío tiene que incrementar los riegos y le supone un gasto adicional. Además, se ha producido una bajada del precio de las hortalizas hasta el 50% por las altas temperaturas que están afectando a toda Europa y que también han acelerado la maduración de la naranja. Mientras, en secano podrían perderse de cinco a seis mil hectáreas de cereales si no llueve”, advierte. Además, analiza que el adelanto de la floración del almendro puede afectar de forma negativa si hiela este mes o en marzo.

Por contra, Domènec Nàcher de Fepac Asaja, apunta que hoy por hoy la falta de lluvias no es alarmante en la provincia y ve prematuro hablar de sequía. “Lo preocupante será si no llueve durante la primavera”, señala. Indica que el nivel actual de los pantanos es más que suficiente y que el 70% del agua que se consume en la provincia es subterránea y que los índices de los acuíferos han subido mucho. H