Tres semanas después de que la Audiencia le condenara a ocho meses de prisión al considerar que, cuando desempeñó el cargo de vicepresidente de Diputación, sí que conocía los terrenos de la estación depuradora (EDAR) de Borriol y se benefició de ello, Francisco Martínez llegaba ayer a la Ciudad de la Justicia resguardado de la lluvia con un paraguas de la institución provincial.

El exdiputado y exalcalde de Vall d’Alba tenía que declarar en otra causa judicial y abandonó las instalaciones poco antes de las 10.00 horas, sin hacer declaraciones, tras conocerse el nuevo aplazamiento. El cuarto ya.

El Juzgado de Instrucción 4 suspendió ayer el interrogatorio previsto de Martínez, sus hijos y el empresario Raúl Babiloni, investigados en la causa abierta por fraude y exacciones ilegales, que se inició a partir de una querella de la Fiscalía, presentada en enero. Investiga la presunta vinculación de sociedades del exprimer edil de Vall d’Alba con la actividad urbanística de la localidad.

Les cita el 4 de julio y responde a la petición de aplazamiento, por enfermedad, del letrado de Babiloni. Además, la juez titular está de baja y las partes prefirieron posponer declaraciones. H