La hermosura es un valor relativo o subjetivo, como prefieran. Si no, que se lo pregunten a las abuelas... Dicho esto, si trasladamos la belleza al ámbito ecuestre, lo cierto es que sí existe un baremo más o menos objetivo para medir cuál es el caballo más bonito del planeta, pues esta semana se celebra el Campeonato del Mundo que lo juzga en el Salón Internacional del Caballo de Sevilla (SICAB).

En la prestigiosa cita, en la que un caballo propiedad del jugador del Real Madrid Sergio Ramos se impuso en la anterior edición, se presenta un corcel que ha pasado los días previos a la prueba en la provincia de Castellón. Concretamente, Oleaje

Un animal internacional

La historia de Oleaje confluye en varios países. Nació en la ganadería sevillana de Torreluna, pero fue comprado por la Yeguada Santa Cruz España de Guatemala. Cuenta por tanto en su haber con un buen número de kilómetros recorridos, pues al margen del país centroamericano ha pasado por EEUU o México. «Estos animales viajan en aviones especiales de carga para competir en muchos campeonatos», asume Víctor Fabregat, entrenador profesional.

El betxinense, campeón en varias categorías de ámbito internacional, ha sido contratado por la ganadería guatemalteca poseedora actualmente de Oleaje para que prepare al animal para ganar el Mundial. «Me traen caballos de todas partes. Desde 1998 no he faltado a ningún Mundial», reconoce Víctor sobre la prueba que se celebrará en el SICAB, el escenario de mayor prestigio internacional en los concursos equinos.

Unas cifras mareantes

En caso de victoria, el valor del animal se multiplicaría, así como el de sus hijos. Estos selectos caballos pueden llegar a tener un coste de medio millón o hasta el millón de euros. El próximo miércoles comienza la competición para Oleaje y el entrenador provincial cree que «hay opciones reales de triunfo», pese a que va a competir con otros 40 caballos más de su clase y edad.

El entrenador Víctor Fabregat, que ha impartido cursos en medio mundo, admite que la pasión por los caballos la heredó de su abuelo materno y de su padre: «Ellos me metieron el veneno dentro, aunque algo llevaría ya también, porque en mi casa siempre ha habido caballos y mi hermano por ejemplo nunca se ha aficionado a ellos».

Por último, destacar el escenario de Betxí en el que se realizaron las fotografías que acompañan este reportaje, pues el Palau-Castell de la localidad de la Plana Alta continúa abriendo las puertas a eventos y actos de lo más diverso. Por el interior de sus muros se celebran regularmente actos de matrimonio, conciertos, certámenes de poesía o incluso desfiles de moda. En este caso, el edificio ha albergado por primera vez una sesión de fotos para un equino con prestigio mundial. A buen seguro el emblemático edificio servirá como trampolín hacia el título mundial.