El despacho de alcaldía de Càlig luce desde hace poco un cuadro de valor incalculable, si se mira desde el corazón y el sentimiento de su antiguo propietario. Se trata de una obra del pintor Emilio Borrás que ha pertenecido a Jaques Lapoulle, un belga que fue buen amigo del artista de Càlig y que recibió, de manos de Borrás y en honor a esa amistad, un lienzo que representa una mañana de toros en la plaza Vieja. rd