El estreno de Abelardo Zaragoza en política ha sido de lo más convulso. A partir del pleno de investidura del Ayuntamiento de la Vilavella, al que no se presentó para tomar posesión de su cargo, ausencia que permitió a Manel Martínez (PSPV) ser reelegido alcalde, se ha convertido en uno de los personajes de los que más se ha hablado. Hay quienes lo definen como un tránsfuga y, para otros, es un hombre con fidelidad a sus principios personales. Ayer dio la cara para Mediterráneo.

-Estos días se ha afirmado que usted no acudió al pleno de investidura porque el PSPV-PSOE había comprado su voluntad. ¿Son ciertas esas acusaciones?

-De ningún modo. A día de hoy, desde las elecciones, Manel Martínez no me ha ofrecido nada.

-Pero si en las actuales circunstancias le propusiera una concejalía y formar parte del equipo de gobierno, ¿qué le diría?

-Que de momento no. Las circunstancias no son las mejores y quiero tranquilidad. Lo primero que haré será ir al pleno de la semana que viene para tomar posesión del cargo y, después, ya veremos lo que pueda pasar. Mi intención desde el primer día ha sido la de trabajar por el pueblo, colaborar en lo que pueda y es lo que haré. Involucrarme más. Ya digo que en principio no. Y no es que me niegue, pero ahora no.

-Sin duda será consciente de que la pregunta que todo el mundo se hace es por qué lo hizo. ¿Cuál es el origen de todo?

-Después del 26-M, el lunes o el martes, convocaron un comité local al que vino una persona del PPCS --no quiso decir quien era-- a decapitarme. Yo me lo veía venir, porque detecté en el equipo un ambiente un poco hostil hacia mí. Me plantearon que diera un paso atrás y, aunque no entedí su postura, lo acepté. Entendí que si no me querían, no iba a quedarme, pero ya les dije que el acta de concejal era mía, porque la gente me había votado a mí.

-¿Y cuáles fueron las razones que le dieron para relegarle?

-Que el resultado había sido muy malo. Que nunca antes en la Vilavella habían tenido tan pocos votos. Y no comparto su interpretación, porque todo es consecuencia de una tendencia a nivel nacional evidente, en la que el PP va hacia abajo. En otros municipios han obtenido resultados mucho peores y no han quitado después a sus candidatos.

-Es cierto que nunca ha estado en política. ¿Cómo se convierte en el candidato del PP?

-Vinieron a buscarme. Yo no era ni afiliado. Me lo plantearon y me resultó interesante probar, ver qué podía hacer por mi pueblo. Y al principio, todo iba muy bien. Me dijeron que yo sería el candidato y que la lista la montaría yo. Les pedí ayuda, porque en una localidad como la Vilavella no es fácil que la gente dé un paso adelante, pero después del 26 de mayo cambió todo.

-En esas circunstancias, ¿cómo y cuándo decide no ir al pleno?

-Tras ese comité les dije que tenía que meditar sobre lo que estaba pasando y lo hice. Hace una semana, el lunes, lo tenía claro. Sabía que iba a quedarme, pero no con el PP. Lo que pensé mucho fue si ir o no al pleno. Al final, entendí que la mejor opción era no hacerlo, porque la situación iba a ser muy tensa. Por eso, el mismo sábado lo comuniqué, con el famoso whatssap. Quise decirles que esto es lo que hay, sin más. Yo creo que lo lógico habría sido que el partido, después de las elecciones, me apoyara, pero no lo hicieron, al contrario.

-¿Ha recibido presiones del PP después de que su ausencia supusiera la alcaldía para el PSPV?

-El sábado recibí varias llamadas, pero no las atendí. Cuando vi lo que iba a pasar apagué el teléfono. Y ya no han vuelto a ponerse en contacto conmigo. Las cosas claras, desde el sábado nadie del PP me ha llamado ni me ha presionado. Si fuera así lo diría.

-Por lo que explica, esta situación no tiene nada que ver con las condiciones del pacto entre el PP e IxLV, como en un principio llegó a especularse.

-No sé cuáles son las condiciones del pacto. No estuve en ningún contacto, salvo en el último. Me dijeron que solo debían participar dos personas y, como nunca he estado en política, creí que era lo habitual. Todo esto viene de mucho antes, de justo después de las elecciones del 26-M. Me he sentido como si me hubieran clavado un puñal por la espalda.

-¿Se siente utilizado?, ¿que lo escogieron para renovar las caras, pero para nada más?

-No. Quiero pensar que no ha sido así. No creo que haya sido algo planificado, pero tampoco entiendo todo lo que ha pasado después. Yo he sido franco desde el primer día. En la reunión del comité ya les dije que si me lo pedían daría un paso atrás, pero que no iba a renunciar al acta.

-¿Hay alguna posibilidad de que la relación con el Partido Popular se reconduzca, que sea concejal en su grupo municipal?

-No. La semana que viene tomaré posesión en el grupo de los no adscritos. Y le diré más, después del palo que me he llevado, si ahora alguien viniera a proponerme que fuera alcalde, diría que no. Seré concejal, porque de otra manera entendería que he tirado la toalla y quiero contribuir a mejorar mi pueblo.