El bar La Panderola ha echado el cierre. La jubilación de parte de sus propietarios y los problemas físicos de otro han avanzado la bajada de la persiana después de 29 años dando servicio sin pausa y tras conseguirse el respeto y el cariño de buena parte de los burrianenses. La profesionalidad, el trato y la seriedad han sido sus señas de identidad a lo largo de estas tres décadas de vida. Francisco Anaya y Miguel Moraleda son dos cuñados naturales de Jaén pero a los que el destino les llevó a Burriana de manera casual después de una campaña de la vendimia en Francia. Allí se quedaron y aunque cada uno comenzó a trabajar en empresas y sectores diferentes, acabaron en el de la restauración y viviendo las dos familias juntas las 24 horas del día, ya que sus domicilios se encuentran justo arriba del bar.

Eso fue después de que a Miguel se le acabara el contrato de un local que tenía alquilado. Fue entonces cuando pensaron en adquirir un terreno y construir en él no solo el bar que acabaría siendo su vida, sino también sus viviendas.

Las interminables jornadas de hasta 16 horas de trabajo no han hecho sino unir a hermanos y cuñados en pro de la atención al cliente. Un antes y un después en la vida comercial de La Panderola fue el momento en el que decidieron construir una barbacoa para servir carne a la brasa.

A la hora de hacer balance, solo hay palabras de agradecimiento: “Hemos tenido una clientela muy buena y sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia ella. No es que no hallamos tenido nunca ningún problema con ella, sino que han sido ellos los que cuando ha habido el mínimo problema, los que ha salido en nuestra defensa y han sacado la cara por el bar”. Reconocen que “la vida del bar es muy dura porque es día tras día, muchas horas cada jornada y únicamente en verano cerrábamos el domingo, pero ha sido la unión de toda la familia”. “El resto del año solo descansábamos los domingos por la tarde y a las seis y media de la mañana ya estaba abierto”, recuerdan, al tiempo que aún les cuesta ver el bar con la persiana cerrada. “Todavía no nos lo creemos porque no teníamos previsto cerrar ya. Ha sido un imprevisto y la prueba es que en el bar ha quedado material”, finalizan. H