La despedida de las jóvenes que han representado a las fiestas locales en los últimos 12 meses, y la bienvenida a los nuevos cargos marcó la primera jornada de las celebraciones patronales de Peñíscola. Los momentos más esperados se vivieron por la noche, en el parque de Artillería, con el acto de proclamación de Alejandra Martín Cheto como reina. Junto a ella, la corte de honor está formada por siete damas, además de las 10 niñas de la corte infantil.

La cita tuvo una especial mirada al pasado, ya que se cumplen 50 años de reinas de las fiestas. Por este motivo, intervino como mantenedora la primera de ellas, Rafaela Biosca, que rememoró ante los asistentes su experiencia. «Era un mundo de hombres, pero la presencia masculina dejó de ser la única visible desde que se incorporó esta figura», expresó. El alcalde, Andrés Martínez, intervino en la parte final. «He acompañado a 15 reinas a lo largo de mis mandatos, y todas ellas están, de la primera a la última, en mis pensamientos», dijo.

BAILE

Tras la proclamación, el día culminó con el baile de gala en el castillo. Por la mañana, a las 13.00 horas, desde el balcón del Ayuntamiento, las representantes del pasado año lanzaron el xupinasso y kilos de confeti a modo de despedida. La reina saliente, Meritxell Cubells, recordó que, hace justo un año «sentía nervios y alegría, y ahora espero que todos disfruten de estos días como yo he hecho, especialmente la reina y cortes de honor».

Posteriormente comenzó un recorrido, con la presencia de los cabezudos y la agrupación musical Papa Luna, entre el Portal Fosc y la explanada del paseo marítimo, donde la coordinadora de peñas ofreció horchata para los niños, y se hizo la segunda edición de la batalla del agua. En la tarde, la banda de música hizo su tradicional pasacalles. De madrugada, el Grup de Danses mantuvo la costumbre de las albades.

Hoy tiene lugar el primero de los días dedicados a patrona. Se hará la misa matinal en la parroquia, y por la tarde llegará el penúltimo día del novenario, seguido de la procesión y los bailes ancestrales en la plaza de Armas.