Una de las plazas más céntricas de la Vall d’Uixó se convirtió ayer en una referencia del pacifismo después de que se celebrara el acto en el que el lugar donde hasta junio del 2018 se alzaba la Cruz de los Caídos haya pasado a denominarse plaza de la Paz Vicent Martínez Guzmán. Con este homenaje póstumo a quien fue fundador del Máster d’Estudis per la Pau de la UJI, además de un filósofo y estudioso del pacifismo reconocido a nivel internacional, este espacio, que durante los últimos meses ha estado rodeado de polémica y discrepancias políticas, pretende convertirse en lugar de consenso y concordia.

HOMENAJE PÓSTUMO / El de ayer fue un encuentro sencillo con música y testimonios sobre el legado de Martínez Guzmán, que además protagoniza un cómic ideado para que su figura y los valores que defendió sean motivo de orgullo y aprendizaje para los escolares de la localidad.

Quartet Arcs al Vent y el músico Javier Peñarroja fueron los encargados de musicalizar un tributo con el que el Ayuntamiento ha querido dar un paso más en la eliminación de las tensiones que la existencia y posterior demolición del símbolo franquista llevaba años generando en la ciudad.

Y ha sido de la mano de un personaje respetado desde cualquier perspectiva ideológica y política que siempre abogó por el entendimiento y los puntos de encuentro, que fue declarado hijo predilecto de la Vall d’Uixó, por su contribución a la difusión del pacifismo desde su ciudad natal. De hecho, el eslogan que ha acompañado a todos los actos conmemorativos que comenzaron a realizarse el lunes pasado es una frase muy conocida de este filósofo: «La Vall es el centro del mundo».

Muchas fueron las personalidades, representantes de entidades locales y vecinos anónimos quienes se sumaron a un evento simbólico, pero cargado de significado. Así lo expresó durante la presentación de la programación la alcaldesa, Tania Baños, quien defendió la necesidad de «conservar los valores que Vicent nos legó».

La hija del filósofo agradeció la decisión de reconocer su labor y transmitió el orgullo de la familia al saber «cuánta gente le ha querido». Estas palabras las pronunció antes de que se descubriera la placa que reza: «En reconocimiento por su compromiso, implicación social y estima por el pueblo de la Vall d’Uixó. Por enseñarnos que es posible hacer las paces». El mismo texto recopila sus múltiples reconocimientos, como la medalla de oro Mahatma Ganhi del año 1999, y su ya mítica frase: «Nosotros los pacifistas somos los realistas».