No puedo decir que yo esté al corriente del mundo de la enseñanza. Mis hijos y mis nietos ya hace tiempo que lo han dejado atrás. Y las informaciones que leo en los diarios se basan en una terminología que en mi tiempo era inexistente: selectividad, FP de grado superior, la LOMCE... Creo que solo identifico la palabra COU como “curso de orientación universitaria”. Si no me equivoco, el COU fue un equivalente a lo que en mi generación era el curso añadido al bachillerato. En aquel tiempo la escala de progreso en los estudios era esta: párvulos, primaria, bachillerato y a partir de ahí la diversidad de las carreras universitarias, comercio...

Las pruebas de enseñanza superior implantadas en 1975 llegan este año a su fin. Habrá cambios, parece. El contraste con mi época escolar es notable. Había unas asignaturas muy concretas, heredadas de una larga tradición: Matemáticas, Geometría, Geografía, Historia, Literatura (mínima). No había pruebas que favorecieran una orientación universitaria como parece que hay hoy.

En mi tiempo, los alumnos que aprobábamos el bachillerato teníamos muy pocas opciones para elegir una carrera profesional: Medicina, Derecho y, minoritariamente, Ingeniería. Opciones genéricas, y la especialización vendría por unas decisiones personales o también por influencia familiar. No había, como existe hoy, “nota de corte”.

Una impresionante demostración de la progresiva especialización son los “grados universitarios”. También hay, incluso, ¡unas Ciencias de la Actividad Física y del Deporte! Si la ciencia es “el conocimiento exacto de un cierto orden de cosas”, el gran Messi, maestro del deporte, no debería fallar nunca ningún penalti. H