La entrada al estand de Ceracasa en esta edición de Cevisama viene presidida por un enorme retrato de Frida Kahlo sobre azulejo, realizado por la artista castellonense María Griñó.

María es una de las artistas plásticas con más talento de esta bendita tierra. Sus retratos, dibujos, pinturas e instalaciones me fascinan. Recuerdo una colección de pinturas en La Bohemia, sobre el fondo de sartenes y cazos, que llamó la atención de propios y extraños. El futuro de María Griñó como pintora es auténtico presente. Que Ceracasa haya contado con ella para presidir el acceso central a su stand de feria es algo muy notable.

Conozco a Carlos Cabrera, gerente de la azulejera, desde hace años. Siempre me ha parecido un empresario muy vinculado con Castellón y sus gentes. Preocupado por el devenir de la industria de esta bendita tierra y muy ligado a la sociedad civil más activa.

Quiero usar hoy esta humilde columna para felicitar a Cabrera y a Griñó, a Carlos y a María, por unir sus fuerzas en una cita tan importante. La industria y la cultura de Castellón maridan a la perfección en una feria de muestras internacional. Así es imposible fallar. Porque las empresas que saben apostar por la cultura, que la incluyen en sus procesos productivos, en su imagen y comunicación, aportan un gran valor añadido a su marca y sus productos.

*Escritor