Nadie debería olvidar todas las tropelías de los últimos años. Muchas pasan desapercibidas gracias a algunos medios de comunicación que les ponen un velo que todo lo cubre, y a veces hasta lo legitiman.

Así recuerdo los más de 300 asesinatos de ETA sin resolver. El pujolismo, su 3%, toda la familia en el ajo y la condena de Convergencia. Los ERE, cientos de millones robados. La extraña financiación de Podemos por Venezuela e Irán. La corrupción del PVN en Álava. Los abusos del exmarido de Mónica Oltra. La casa de Iglesias y su Irene Montero. O las adjudicaciones familiares de la ex del macho alfa, Tania Sánchez.

Errejón y su beca de Málaga. Manuela Carmena y su inocente alzamiento de bienes. La no tesis y contradicciones de Pedro Sánchez. Las sociedades interpuestas de Pedro Duque o de Calviño. Las no declaraciones de Patrimonio de Celaá. Borrell y su uso de información privilegiada. Dolores Delgado y su colegueo con las cloacas de Villarejo. Las gestiones de Zapatero para Maduro y los 35 millones del embajador Montoro. Teresa Rivera y los 1.500 millones del Castor para Florentino Pérez.

Echenique y sus no cotizaciones a la Seguridad Social. Los 700.000 euritos de Monedero o mejor, de Chávez. Parece que todo vale y solo hay que negarlo o disimular. No pasa nada, pero algún día pasará y si no que pregunten a Bárcenas o a Zaplana.

Exigimos limpieza, transparencia y tolerancia cero con el comportamiento de los políticos, con independencia de su color, incluyendo a los que se creen moralmente superiores. Tienen que ser honrados sí o sí.

*Notario