Chico es un perro callejero que, sometido a más de tres años de intenso adiestramiento, logra detectar las bajadas de azúcar de su dueño, diabético, a quien alerta para que tome la correspondiente medicación y evite las consecuencias de una hipoglucemia. Este animal es uno de tantos perros de alerta médica que asume un nuevo rol que conlleva ya evidentes beneficios para sus amos.

Acompañado de su adiestrador, José Vicente Vinuesa, invidente, Chico fue protagonista ayer de la XV Jornada Informativa sobre el presente y futuro de la discapacidad que organizó Cocemfe Castellón. La presencia de este perro de alerta médica sirvió para profundizar en la prevención y el tratamiento de la discapacidad en la diabetes a través de nuevos estilos de vida.

La doble realidad que le proporciona la vista y un superdesarrollado olfato lleva a estos animales a detectar aquello que escapa a los sentidos de los humanos, como señala Vinuesa, quien explica que estos perros logran saber cuándo su amo tiene una alteración en sus niveles de glucosa en la sangre incluso mucho antes de que este comience a notar los primeros síntomas de su dolencia. La principal dificultad con la que se encuentra cualquier adiestrador de estas mascotas es que en este proceso de aprendizaje debe enseñar al can a percibir aquello que pasa totalmente desapercibido para las personas.

El perro de asistencia médica supone una gran evolución desde que se dieron los primeros canes-guía para invidentes a mediados del siglo pasado, tal como expone Cocemfe. Con el paso del tiempo, el grado de especialización ha permitido que estos animales se usen para detectar la diabetes del tipo uno también en los niños, lo que resulta un sustancial beneficio y disipa los riesgos que conlleva una alteración brusca en los niveles de azúcar en la sangre.

Para dar la voz de alarma, estos perros llaman la atención de sus dueños nada más olfatear el riesgo. En el caso de Chico, bloquea el paso de su acompañante, se sienta delante y muestra una de sus patas delanteras para asegurarse de que su alerta ha sido atendida. Si sucede durante horas nocturnas, mientras su amo está dormido, no para de tocarle hasta que logra despertarlo, tal como cuenta José Vicente Vinuesa.

Sobre las características del animal, el adiestrador, que forma parte de un programa autonómico impulsado por el Cermi y promovido por la firma Arllushan, explica que no requiere una raza determinada, sino basta con tener buen olfato. «Se trata de un proceso largo y muy costoso, pero el resultado llega a ser espectacular porque el comportamiento del animal es intachable», señala Vinuesa, además de destacar la particularidad de que se convierte en un perro guía al uso y en el mejor acompañante y amigo de su amo. H

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