La diferencia entre las políticas culturales de unos municipios y otros en la provincia de Castellón es abismal. A mi parecer destacan cuatro entidades públicas. La primera es el área de Cultura de la Diputación Provincial, con el popular Vicent Sales al frente. Ha mantenido el pulso en la capital y en todas y cada una de las 135 localidades castellonenses. La exposición itinerante La llum de la memòria, hoy en la sala San Miguel de la calle Enmedio de Castellón, es un claro ejemplo.

La concejalía de Cultura de Vila-real, con el socialista Eduardo Pérez a los mandos, también ha trabajado de lo lindo. Ha mantenido todo aquello que funcionaba y ha ampliado o repescado actividades que le aportan valor a la ciudad, como el premio literario Ciutat de Vila-real.

La concejalía de Cultura de Peñíscola, con la popular Raquel París a la cabeza, también lo ha hecho muy bien en la legislatura que ahora termina. Destacan las rutas por el castillo. Un acierto en toda regla para una población tan hermosa como comprometida con su historia.

En último lugar destaco al socialista Antoni Romero, concejal de Bibliotecas de Nules. Su apuesta por la literatura ha sido innegable. Tanto en castellano como en valenciano, poniendo por encima de todo la calidad narrativa. Su trabajo ha estado a la altura del de los mejores concejales de esta bendita tierra.

*Escritor