Desde hace cosa de un mes, he recibido llamadas y algunos wasaps interesándose por el paredón que ha aparecido en el subsuelo de la zona ajardinada de la plaza Cardona Vives, casi en la confluencia con la calle Gobernador. La pregunta siempre era la misma: ¿«eso es la antigua muralla de Castelló?», a la que este columnista contestaba indefectiblemente que sí. «Es la muralla del siglo XIV --explicaba-- colindante en esta zona con el portal conocido como de l’aigua en razón de que comunicaba con un acceso a la paralela acequia mayor, con la que se proveían de agua las casas en la edad media». Asimismo también signifiqué que mi apreciación era a título personal, porque institucionalmente el Ayuntamiento no me había solicitado ningún juicio y que suponía que todas las determinaciones se habían llevado a cabo en connivencia con la Conselleria de Cultura.

Es evidente que el aspecto que ofrece este resto encontrado, conocido como calicostrado con grandes cantos y bloques argamasados con tierra y cal, el inmemorial c?mentum de los romanos, es muy semblante a la de otros fragmentos del muro que circundaba la villa hasta el siglo XVIII y que, desde lejanas fechas, han podido observarse en excavaciones del subsuelo y demoliciones de edificios. No muy lejano a este emplazamiento, en la confluencia de la calle Escultor Viciano y la plaza del Juez Borrull, hay trazado un pasillo en el pavimento con un leve relieve de la morfología y grosor del histórico tapial, que se descubrió al hacer las obras para el trazado del TRAM. Imagino que este que nos ocupa correrá la misma suerte.

*Cronista oficial de Castellón