Está claro. En la vida el orden de las prioridades es importante, y en el fútbol también. Marcelino lo dejó claro ayer. Si en Liga, el once casi se recita de memoria, en Copa la cosa cambia. Hasta ocho cambios hubo ayer. La Liga y la Europa League son el pan deportivo y económico. La Copa, un aliciente extra que, a estas alturas, han de defender y ganar las botas de los menos habituales. Un reto, pero también un regalo de Reyes; y nada más y nada menos que en el nuevo y nervioso San Mamés.

Pues hubo de todo, presentes y carbón. El regalo, en la primera parte, lo pusieron dos hombres, los ‘Samus’. Dos fichajes de los que se espera su despertar desde hace tiempo. Ayer, contra el Athletic titular, que acabó recurriendo a Aduriz, los dos se desperezaron de un largo letargo. Fueron claves en los goles. Castillejo aportó visión de juego a los espacios. García, que parece funcionar mejor en punta que en banda, con generosidad y finalización. Un partido que debe llamar a su orgullo para continuar reivindicándose. Otro presente fue ver al filial Rodri, que estuvo a la altura ante la tan pregonada cantera bilbaína.

El carbón fue la remontada y el bajón que experimentó el equipo en la segunda parte en la que se diluyeron las fuerzas. A pesar de todo, la eliminatoria no está definida, y ni mucho menos, acabó en desastre como pregonaban los agoreros. El Madrigal tiene la palabra. ¿Cuál será la prioridad? H