Fue un encuentro muy gris. De mucho trabajo en la sombra y de saber sufrir. Pero la victoria que logró el Castellón contra el Sabadell en el Estadio Castalia le dio tres puntos de oro que le permiten salir de los puestos de descenso y seguir soñando con la permanencia en el fútbol profesional.

Juan Carlos Garrido no quiso tocar nada y repitió la misma alineación con la que se rascó un importante punto ante el Leganés una semana atrás. Sin Víctor García ni Satrústegui para ocupar la banda izquierda, el técnico valenciano optó por situar ahí a Javi Moyano, repetir con Adrián Lapeña como lateral diestro y mantener a Iago Indias y Carlos Delgado como centrales para premiar de este modo su buen hacer en los dos últimos partidos.

No pudo comenzar mejor el choque para los albinegros, que a los tres minutos se pusieron por delante en el marcador con un ápice de suerte ya que un centro de Marc Mateu al punto de penalti golpeó en Pierre Cornud y el futbolista introdujo el esférico en el interior de su portería.

A punto estuvo de repetirse la misma jugada cuatro minutos después. En este caso en el área albinegra y con Carlos Delgado como protagonista, pero se señaló fuera de juego de Juan Hernández. Una jugada que puso el suspense durante unos instantes sobre el verde ya que tuvo que ser revisada y refrendada por el VAR.

A partir de ahí el Sabadell cogió el mando del encuentro. El conjunto se hizo con el dominio del esférico y empezó a apretar hacia la meta castellonense, moviéndose muy bien por el centro del campo y generando ocasiones de peligro que Óscar Whalley despejó con dos grandes actuaciones, una a tiro de Guruzeta tras pase de Stoichkov y otra de Boniquet, solo ante el meta del Castellón.

El equipo de Garrido mandaba en el electrónico, pero su juego no era el de las dos últimas jornadas, con jugadores como Jorge o César muy desdibujados por las bandas y sin una referencia arriba que pudiera poner en más aprietos de los iniciales a los centrales del cuadro arlequinado ya que Rubén Díez estaba bastante desaparecido.

Probó de nuevo suerte Adri Cuevas para el Sabadell y, de nuevo Óscar Whalley, estuvo de lo más acertado para evitar el empate. Mientras, el Castellón lo intentó en alguna jugada a balón parado de Marc Mateu y con un tímido cabezazo de Lapeña casi al descanso, pero faltaba más contundencia en el centro del campo de cara a la segunda parte.

Pese a ello, Garrido no optó por hacer cambios de inicio tras el paso por vestuarios, pero sí puso a calentar a Khrin, Carles Salvador y Jonatan Soriano. Porque el segundo tiempo arrancó como acabó el primero: con el Sabadell con el balón y jugando prácticamente en todo momento en el área albinegra, con aproximaciones de lo más peligrosas a la meta de Óscar Whalley y dando muestras de cuáles eran sus intenciones. Y ese panorama no invitaba al optimismo, sino todo lo contrario.

El 1-0 era un resultado demasiado peligroso y, para evitar lo que sucedió en la primera vuelta en la Nova Creu Alta (el 1-1 del Sabadell llegó en el descuento), había que hacer algo más. Y fue entonces cuando Garrido llamó a Jonatan Soriano y le hizo debutar con la elástica albinegra con media hora por delante.

Tan peligroso era el marcador y tantas las ganas de empatar del Sabadell que el cuadro catalán lo consiguió en el minuto 67 desde los once metros tras un penalti infantil de Javi Moyano sobre Heber que el propio jugador transformó.

El partido empezaba de nuevo. Quedaba mucho. Y Garrido buscó la reacción de los suyos cambiando la cara por completo a su defensa con la entrada de Carles Salvador (por Lapeña) y de Gálvez por Moyano. De atrás hacia adelante había que construir la victoria y, en una jugada aislada de César y posterior pase de Jonatan Soriano, llegó el respiro para el Castellón con un gran gol de Señé. Un tanto que el cuadro local supo defender hasta el final y que dio un importante triunfo en las aspiraciones del club castellonense.