Después de dos semanas de competición, la Eurocopa de Francia vivió ayer su primera jornada de descanso. Hoy tampoco habrá partidos. Mañana se abrirán los octavos de final con el Suiza-Polonia de Saint Etienne, uno de los duelos más previsibles en un torneo de locura marcado por la rebelión de los modestos, más emoción que fútbol propiamente dicho, goles a última hora y la violencia de unos ultras que al fin parecen controlados.

España, Italia, Alemania, Inglaterra y Francia pelearán en la misma parte del cuadro por un puesto en la final. El fútbol no son matemáticas y el hecho de que españoles e ingleses no finalizaran primeros de grupo ha provocado que las favoritas se peguen entre ellas para alcanzar París.