Señoras y señores, la Bestia ha despertado y difícilmente volverá a dormir. La Bestia que lleva dentro Chris Froome ha salido de su interior y es la que le indica que el esfuerzo y la fe por disputar la Vuelta después de ganar el Tour solo puede tener un objetivo y que no es otro que la victoria final en Madrid.

La ofensiva comenzó en Peña Cabarga, donde Froome ya ganó en el 2011. La Vuelta parece ser cosa de dos, un británico que cuando pone el turbo solo puede seguirlo el otro protagonista, su rival, Nairo Quintana, el líder, el que se defendió y se agarró tras la rueda del británico para coronar con el mismo tiempo una de las cumbres locas de la ronda española, de las que obligan a los ciclistas a retorcerse sobre las bicis.

Si alguien tenía dudas de que Froome quiere ganar en Madrid solo hizo falta que viera el ascenso a Peña Cabarga, adonde llegó el pelotón impulsado por un Tinkoff que mató a la fuga, extrañamente en la etapa que peor le iba a Alberto Contador, incluso siendo el gran Alberto y estando al ciento por ciento de efectividad. La labor de Tinkoff quitó trabajo al Movistar y hasta le sirvió a Froome para que pudiese preparar mucho mejor su victoria.

La Vuelta ya es el duelo esperado todo un año, el que no se vio ni en el Aspin, ni en el Peyresourde, ni en Arcalís, ni en el Ventoux, ni en los Alpes, la confrontación directa entre Froome y Quintana, donde, por desgracia, no está Contador y en la que tiene ahora un peso vital Alejandro Valverde, en su tercera gran ronda por etapas consecutivas, tercero de la etapa y tercero de la general.

LAS GANAS DE FROOME // Pero, ojo, Valverde será sacrificado. El hambre voraz de Froome condena la buena voluntad y corta las alas de libertad con las que quiere correr en esta ronda española para ser feliz, para disfrutar sobre la bici. En Peña Cabarga ya dio sus primeras pedaladas al servicio de Quintana. Y aún así fue tercero.

Froome, en una Vuelta que ahora entra en el País Vasco, se prepara para demostrar que puede reeditar el triunfo del Tour. Tras la etapa de ayer, hay algo claro, que la ofensiva ha comenzado. H