Segundo aviso médico en Castalia. Sin un doctor ni un fisioterapeuta, todo queda en manos (nunca mejor dicho) de un quiromasajista, que hace lo que buenamente puede para cuidar a los futbolistas del Castellón. Aunque a veces, a menudo, el percance exceda de sus funciones. Enrique recibió un fortísimo golpe que le obligó a pedir el cambio, absolutamente mareado. Tuvo que ser el antiguo doctor del club, Santi Rincón, que estando en la grada como espectador, atendió al futbolista. Castalia, nuevamente cabreada, recordando lo sucedido frente al Elche B, cuando el masajista visitante tuvo que tratar, por dos veces, a jugadores albinegros lastimados.

La tarde nació como las de los últimos dos partidos en Castalia, con una concentración pacífica en los accesos al estadio. Fui igualmente tranquila y menos numerosa que la de 15 días atrás. Ya luego, en el campo, protesta y pañolada a Cruz en el minuto 19:22. El presidente y consejero delegado tampoco consideró que el encuentro requería su presencia, dejando huérfano de nuevo la representación institucional. En cambio, Cruz sí había estado por la mañana en el Javier Marquina, asistiendo a la derrota del juvenil A, del que parece que se ha hecho su más acérrimo seguidor.

El percance

Mediado el segundo tiempo, Enrique quedó extendido sobre el maltrecho césped. El que pasa por ser el jugador más duro del Castellón había recibido un fuerte impacto en la zona izquierda de la cara. Le atendieron y trató de seguir, pero no pudo. Apareció una deformidad en su pómulo que asustó incluso a Obele, el delantero del Almoradí con el que se las tuvo tiesas.

Conforme iba retirándose, colgando prácticamente del quiromasajista Pablo Rodríguez, Rincón, intentando fajarse de la oposición, se interesó por su estado. Estaba previsto que, acompañado de su padre, acudiese a un hospital para que le hicieran pruebas. Pero, de camino hacia el centro, se lo pensó mejor. Un poco de hielo bastaría para bajar la hinchazón, consideró.

Al mismo tiempo que Enrique se replanteaba su decisión, Frank Castelló metía miedo con el posible daño del jugador. «Estamos preocupadísimos. Vamos a ser optimistas, pero puede tener algo serio al pómulo», explicaba. A continuación, aunque con reservas, deslizaba que la recuperación podría tardar meses. Sin embargo, al abandonar la sala de prensa, tras un intercambio de palabras con el responsable de la dirección deportiva, Saúl Suay, comunicó a la prensa que el futbolista estaba camino de su domicilio y no de un centro médico.

Confusión

Hubo cierto revuelo cuando Rincón se acercó a interesarse por Enrique. César Ruiz, responsable de la empresa de seguridad del club, ofreció su versión de lo ocurrido. «No es verdad que se le prohíba a Santi que saltara al campo. Le digo al médico, al padre del jugador y a su novia, que le atenderán mejor en el vestuario, yo mismo les he acompañado». «No hace falta saltar al campo para ir de Tribuna Baja al vestuario, porque hay una puerta que lo comunican», matiza Ruiz.