Marc Márquez «es humano, muy humano», como él mismo reconoció ayer, antes de subirse al podio. Confesó lo que le sucedió a mitad de temporada, tras los desastres de Le Mans (caída), Mugello (6º) y Barcelona (2º): «Empezó a caerme el pelo de los nervios, supongo, de la presión, del estrés». Todo empezó cuando, después del GP de Cataluña, cuando sufrió ¡hasta cinco caídas!, se fue a cortar el pelo a su peluquera favorita. «En Montmeló, quedé segundo, sí, pero las caídas, los problemas con la moto, me había provocado muchos nervios que me había comido solito, pues no quería que nadie, ni siquiera mi equipo, me lo notase». «¿Te pasa alguna cosa, Marc?» , le dijo su peluquera. «No, no, ¿por qué?». «Bueno, es que se te está cayendo el pelo por aquí, por el cogote», le dijo. «¡Qué dices! ¿No me iré a quedar calvo, verdad? Mi padre y mi abuelo tienen mucha pelambrera, no puede ser». «No, no, tranquilo, no pasa nada, deben de ser los nervios», le tranquilizó. ¿Los nervios? Márquez cogió su flamante BMW, el que ganó el año pasado por ser el que más pole positions consiguió y se fue, como un cohete, al Institut Dexeus de Barcelona. «Ángel, anda, mírame esto, que dice mi peluquera que se me está cayendo el pelo», fue el grito de Marc al entrar en el despacho del doctor Charte. «Tranquilo. Todo es fruto de los nervios, del estrés. Ponte estas cremitas y, en cuanto pongas la moto en su sitio, tendrás un pelo como el de John Lennon», le dijo el médico, que descubrió clapas en la parte occipital y parietal de su cabeza.

El susto perdura. Márquez lució ayer buen pelo en la fiesta final de curso del Mundial, pero ha de tomarse «las cosas con más calma», admitió el campeón. Lo cierto es ha sido un título muy difícil y con rivales durísimos (recuerden la época en que cinco pilotos vivían en 30 puntos: Dovizioso, Viñales, Rossi, Pedrosa y Márquez), problemas inesperados (rotura de motor en Inglaterra) y grandes remontadas, pues el ahora tetracampeón llegó a estar a 37 puntos de Viñales (tras Argentina e Italia) y a 16 de Dovi (tras Barcelona). Pero remontó.