Sebastian Vettel se comportó otra vez como un adolescente frente a su compañero de equipo, Charles Leclerc, un chico de 21 años. Su desobediencia complicó una carrera que dominaban con comodidad los Ferrari. Demasiadas ventajas para que Mercedes no volviera a ganar en Sochi (donde no ha vencido ningún otro equipo) con un doblete liderado por Lewis Hamilton.

En la salida, Vettel, por la parte limpia, adelantó sin problema a su compañero, poleman, que le abrió la puerta. Aún mejor que el alemán salió Carlos Sainz. Una espectacular arrancada le dejó pareado con Hamilton en la primera frenada, pero no arriesgó para ponerse tercero. «Hamilton iba por dentro y poco podía hacer ante un Mercedes por fuera, pero orgulloso de mi salida, de haber pasado a Bottas», explicó el madrileño, sexto al final.

El doblete de Ferrari parecía claro, pero Vettel comenzó a saltarse el plan cuando le dieron la orden de dejarse pasar por Leclerc. La escudería arregló el lío en el pit stop parando antes a Leclerc. Con todo en orden, el motor de Vettel dijo basta. Aparcó en mitad de pista, entró el coche de seguridad y Ferrari hizo entrar a Leclerc para colocar un tercer juego de gomas. Volvió por detrás de los Mercedes. Bottas sí cumplió las órdenes de equipo y obstaculizó al Ferrari para que Hamilton sumara el triunfo.