El Real Madrid golpeó con eficacia, apagó al Atlético de Madrid y conquistó el derbi del Wanda Metropolitano (1-3) para creer en la Liga, ahora en el segundo puesto como el principal perseguidor y alternativa al liderato del Barcelona, después de un duelo con más tensión, polémica y VAR que fútbol y oportunidades.

A cinco puntos, pendiente del resultado dominical del equipo azulgrana contra el Athletic en San Mamés, el conjunto blanco renace en una competición que parecía perdida no hace mucho, de la que se descarta poco a poco el Atlético, tercero y este sábado doblegado por su eterno rival, más contundente en los detalles.

DERBI POLÉMICO / Dos de los cuatro goles necesitaron del VAR, pero en todos hubo una coincidencia: el error. En los del Madrid, la desatención en un balón parado, la imprudencia en un penalti y la pérdida de un balón, misma causa que provocó el del Atlético, derrotado por primera vez en esta temporada en su casa.

Un saque de esquina hacia Ramos, sobre el que se abalanzaron hasta tres rivales rojiblancos para impedir su remate, acabó con el primer gol del partido. Casemiro se adelantó a Thomas y batió a Oblak con una media chilena.

El 1-1 llegó nueve minutos después tras lanzar Correa un pase casi tan decisivo a Griezmann como la definición del francés, que sorteó con sutileza por debajo de las piernas la salida de Courtois (1-1). El gol, invalidado al por fuera de juego, lo confirmó el VAR.

Nadie intuía el desenlace del primer acto, cerrado con 1-2 a favor del Real Madrid. El mérito fue de Vinicius y la imprudencia de Giménez. Inabordable entonces el brasileño para él, el uruguayo lo derribó dentro del área y el árbitro pitó la pena máxima. Ramos lo transformó en el 1-2 y confirmó la superioridad blanca.

Tras la reanudación, el VAR anuló un gol a Morata por fuera de juego y los de Solari mataron el derbi con una contra de Bale. Un triunfo que refuerza a los blancos, antes de viajar este miércoles a Ámsterdam, para disputar la ida de los octavos de final de Champions ante el Ajax.