Uno de los recién llegados al Mini Submarino para la temporada 2017/18 es Roger Riera. El nuevo filial que dirige Javi Calleja destaca por su juventud y el jugador catalán, a sus 22 años, no desentona, pero sí posee experiencia como para ocupar la vacante que deja Marcos Mauro en el eje de la defensa. Con más de 50 partidos en Segunda B y llegando de un Celta B que se clasificó para el play-off de ascenso, el central no rehúye su responsabilidad: «El club apuesta por gente joven, pero no quiere decir que no seamos competitivos. Vengo dispuesto a aprender y a competir, que también quiere decir ganar, que es lo que debe exigir el club».

En principio, el objetivo del equipo a día de hoy es más modesto que el de años atrás, y más teniendo en cuenta que en el grupo habrá equipos del fuste del Mallorca, Elche o Hércules. «La obligación aquí no es la de jugar la promoción de ascenso, pero queremos llegar lo más lejos posible, no nos podemos poner limitaciones a estas alturas».

BUENA COLOCACIÓN //

Sobre lo que se puede esperar en concreto de Roger Riera, augura lo siguiente: «Soy un central agresivo con buena colocación. Tengo muchas limitaciones que es lo que vengo a mejorar». El futbolista afirma también que uno de los detonantes para verle vestir de amarillo en el curso 17/18 fue «el estilo del club. Fue un factor clave saber cuál es la filosofía que distingue desde abajo al Villarreal». El joven jugador augura además una rápida adaptación al grupo, pues ya conoce a compañeros como Franquesa o Cantalapiedra de la cantera del Barça, así como al portero Ander Cantero, con quien coincidió en categorías inferiores de la selección.

También analiza Roger Riera, un futbolista que ha pasado ya por la cantera del Barça, Celta y Nottingham Forest, el porqué se decidió por la oferta del Villarreal: «Tenía otras propuestas, pero esta me pareció la más atractiva por lo que es este club, que está entre los más grandes de España. Es muy difícil decir que no». El futbolista de El Masnou confirma que se ha encontrado «con el nivel que esperaba, sobre todo con el balón» y se queda con «el apartado humano que existe en el grupo», que le ayudó «desde el primer día», concluye.