No te relajes», escribió Asensio a Saúl en el balón con el que el rojiblanco marcó los tres goles ante Italia que dieron el pase a la final a la selección española sub-21. Fue uno de los mensajes que los integrantes del grupo de Celades dirigieron al hombre que aplastó a la azzurra. Todos en la misma dirección cara a la final de hoy en Cracovia contra Alemania, que tuvo que esperar a los penaltis para deshacer el 2-2 con que acabó su semifinal ante Inglaterra.

Comentarios cargados de ilusión para volver a reinar en Europa al cabo de cuatro años. En el 2013, el equipo de los De Gea, Bartra, Thiago, Isco, Koke, Morata... se impuso en la final a Italia (2-4) con un hat-trick de Thiago para sumar su segundo título europeo consecutivo, y es precisamente a la italiana a la que ahora puede igualar como selección con más títulos de la categoría, cinco. Una empresa al alcance de un equipo que engancha, liderado por jugadores preparados ya para dar el salto definitivo a la selección de Lopetegui, caso de Asensio, Saúl o Kepa, y, probablemente, a medio plazo de Ceballos, Llorente, Sandro o el representante del Villarreal, Rodrigo. Con esos mimbres, el conjunto español ha crecido sin freno para colgarse con toda razón la etiqueta de favorito ante una Alemania, que, de acuerdo con su idiosincrasia en todos los estratos, nunca se resignará a desempeñar un papel de víctima.

Celades no cambiará nada para intentar levantar el título. Si acaso se plantea dar entrada a Gayà como lateral izquierdo en lugar de Jonny. Sobre el papel, Portugal e Italia estaban por encima de Alemania, pero es el conjunto germano el que está en la final. «Los milagros no existen. Hay mucho talento detrás y sabemos que tendremos que hacer algo más que contra Portugal e Italia, pero estamos preparados para afrontar el partido con la mejor mentalidad», dijo Celades, que no se detuvo valorar la intención alemana de recurrir a la dureza y al juego subterráneo para frenar a España, adelantada por varios de sus jugadores. «Tenemos que jugar sucio, empezar con pequeñas faltas o con juego sucio para que los españoles pierdan la alegría por jugar», declaró el centrocampista Meyer.