Debutó con tan solo 16 años en la máxima categoría del balonmano español. Fueron únicamente dos minutos en Asobal ante el Valladolid y defendiendo la portería del BM Puerto de Sagunto, pero como él mismo reconoce fue, sin lugar a dudas, uno de los mejores momentos de su “aún corta carrera deportiva”. Y

dice “corta” pese a que su currículum se empeñe en llevarle la contraria. No en vano, desde la bisoñez que todavía le caracteriza por su DNI, pues tiene 22 años, Samuel Ibáñez (Almassora, 1993) ya sabe lo que es defender la portería de un histórico del balonmano como es el Ciudad Encantada de Cuenca y que más de 2.000 personas coreen su nombre tras una gran actuación, aunque Ibañez, más comedido, defienda que la ovación sea fruto de “un cariño y aprecio mutuo” y porque lo da “todo por el escudo”.

De hecho, su saber hacer bajo palos le han valido dos apodos de los que se siente “muy orgulloso” además de ser, según el propio club, “una de las joyas” del Sargal, el pabellón del conjunto conquense. El muro de Almassora o, en su defecto, el guerrero de Almassora, son los dos sobrenombres que además le ayudan a cumplir con una realidad que tiene siempre muy presente cuando compite.

ORGULLOSO DE SU ORIGEN // No en vano, como el propio Ibáñez enfatiza, siempre lleva el nombre de su pueblo “a todas partes y siempre recuerda “las raíces”. “El BM Almassora fue el primer club que confió en mí y eso nunca lo olvido”, defiende un portero que siempre que puede, tal y como ha hecho estas pasadas navidades, se deja caer por el club de la Plana Baixa y el pabellón almazorense.

Pero ahora su casa es Cuenca y su hábitat la portería que en la primera vuelta de la Liga Bauhaus Asobal ha defendido en 13 ocasiones con hasta 106 paradas participando “de forma activa en 6 de los 11 puntos” que suma el Ciudad Encantada cara a lograr el único objetivo en la cabeza del almazorense: “Solo pienso en ayudar a mi equipo y que se pueda salvar lo antes posible”.

Sin embargo, antes de poder ayudar desde la cancha a los suyos, el de Almassora ha tenido que cimentar su carrera sobre los pilares “del esfuerzo, sacrificio, compromiso y un poco de suerte”. “Para llegar a donde estoy he tenido que dedicar mucho tiempo y sacrificar muchas cosas”, y es que tal y como ha destacado el arquero “el que algo quiere algo le cuesta” y a él le ha llegado, lamenta, “justo con el parón liguero”.

Ante los ‘hispanos’ // Un parón en el que, eso sí, le llegó la “bonita oportunidad” de enfrentarse a los Hispanos de la selección española en el Partido de las Estrellas antes de reincorporarse, ayer, a los entrenamientos del Ciudad Encantada y encarar en menos de un mes la vuelta de la Liga “con la ilusión de seguir creciendo”. H