"Cuando llegué a casa, Benjamín, mi hijo, me preguntó: '¿Papá, por qué no has hecho gol?' Pero tenía al 'vecino' que hizo tres y también estaba contento igual". Luis Suárez, el máximo realizador del fútbol europeo con 40 goles en 35 jornadas de Liga, le tuvo que dar explicaciones a su hijo por no haber marcado ningún tanto al City. Pero el 'vecino Messi' sí dejó totalmente satisfecho a Benja. "No me imaginaba en ser goleador cuando llegué aca, solo quería ganar la Champions y lo conseguí", ha dicho el delantero uruguayo, visiblemente emocionado al recoger la Bota de Oro de manos de Delfina y Benjamín, sus dos hijos.

No podía contener las lágrimas, superado por la emoción del momento tras ver los mensajes que recibió en vídeo desde Uruguay. "Sos más que un jugador, representas nuestra identidad futbolística", le soltó Óscar Tabárez, el seleccionador. "Le ganaste a todos siendo vos. Como decimos en Uruguay, 'les jodiste'. Pero, eso sí, no aguantaste la presión de la 13", le dijo Sebastian 'Loco' Abreu, uno de los ídolos de Suárez en sus inicios. "Es verdad, tiene razón", replicó el azulgrana. "Estuve esa camiseta con el 13 del Nacional y no metí un gol. Me cambié al nueve y marqué", ha dicho el delantero azulgrana.

Suárez no estaba solo. En una visita fugaz apareció hasta Josep Maria Bartomeu, el presidente del Barcelona. Y en primera fila se sentaron los tres primeros capitanes: Iniesta, Messi, que tiene dos Botas de Oro, y Busquets. "A veces hago el gol más dificil y erro el más fácil. Hasta mis compañeros se ríen de mi", ha dicho el uruguayo motivando una nueva sonrisa de los tres jugadores azulgranas. "Esta Bota de Oro es más de mis compañeros que mía. Pero tampoco me voy a sacar méritos, hay que estar en el lugar dónde hay que estar".