Yo sí que me he visto afectada y cuento lo que me ocurrió porque es mi derecho al pataleo. El día 5-8-2016, coincidiendo con este macro evento, fui multada por estacionar en lugar prohibido. Quedé muy sorprendida porque donde yo dejé el coche --avenida Cañada Blanch-- en años anteriores, se aparcaba en doble fila, en los pasos de peatones e incluso en las aceras. La policía, por estas fechas, no penalizaba ninguna infracción.

Soy residente, estoy aguantando, con toda amabilidad del mundo, desde que se iniciaron estas fiestas una serie de molestias simplemente por civismo. Y el reconocimiento es una multa. Antes de publicar esta carta, hablé con Javier Gual, concejal de Policía, que consideró muy injusto lo que me habían hecho. Pero se apresuró a decirme que ni él ni la señora alcaldesa tenían nada que hacer al respecto, porque ya había pasado a la Diputación. Si la infracción se comete en Burriana y el que sanciona es un policía local, ¿por qué tiene que gestionarlo la Diputación? Yo creía que para esos menesteres no se precisaban intermediarios. El señor Gual me aconsejó, como abogado, pagar y después hacer la reclamación pertinente. O sea que, primero pagas y después si, por lo que fuera, no reclamas (que pasa alguna vez) ese dinero se lo lleva el magnífico Ayuntamiento o la Diputación, o ambos. Una manera distinta de “hacer caja”.

No quiero terminar sin agradecer al agente 658 el haber considerado la infracción “como falta leve sin pérdida de puntos”. ¡¡Todo un detalle!!

Lola Soler