La castellonense Paula Gonzalvo soltaba amarras hace dos días, en la isla de La Gomera (Canarias), para poner rumbo hacia su última aventura que la lleva a realizar una travesía en el velero Doblón Copérnico, en la que cruzará por tercera vez el Atlántico y por primera vez el Ecuador. Un viaje que durará más de un año y en el que su singladura le llevara entre otros destinos a Fernando de Noronha y Recife, en Brasil (marzo); Salvador de Bahía y Río de Janeiro; Uruguay (llegada en agosto) y el norte de Argentina (noviembre), desde donde partirá a la Antártida por el Paso de Drake (considerado el Everest de los marineros). Tras aguardar a que llegue el verano Ártico, partirá hacia los fiordos y canales, tras remontar el canal de Magallanes, para arribar a Puerto Montt y continuar hasta el ecuador y recalar las Galápagos o dirigirse al Pacífico y luego… el viento dirá.

Junto a ella navegan el armador, Pedro Jiménez, y seis tripulantes más que irán variando a lo largo de la expedición. Todos con experiencia en la navegación y procedentes de una amistad virtual alimentada a través de las redes sociales y tres páginas web: el blog de Paula, Allende los mares, y otros dos específicos creados para esta aventura, Doblón Copérnico y Alegría Marineros.

Sin duda, la expedición más larga a la que jamás se ha enfrentado y la aventura más emocionante en la que esta joven de 30 años se ha embarcado, de la que la joven se ha comprometido a informar desde las redes y su blog, para compartir con sus seguidores uno de sus sueños y una vivencia única.

BARCOESTOPISTA

Paula lo dejó todo para hacerse a la mar. Tras finalizar sus estudios de Arquitectura, en el 2014, decidió abordar un reto: cruzar el Atlántico en barcostop. La castellonense no sabía navegar ni tenía velero. Tres semanas después conseguía hacerse un hueco en una embarcación con destino al Caribe. El viaje le costó 80 euros, solo para pagar la comida.

Su primer viaje lo realizó deliberadamente sin móvil, ordenador y alejada de las redes sociales.

Durante tres años ha subido en 21 barcos diferentes con tripulantes de más de 20 nacionalidades distintas y ha navegado por el Jónico, Egeo, Adriático, Canal de la Mancha, Golfo de Vizcaya y el Mar Caribe, sumando más de 20.000 millas náuticas en su cuadreno de Vitácora.

Ha hecho de ayudante, cocinera, camarera, marinera, hasta llegar a patrona y ha probado todas las navegaciones que ha encontrado (travesías particulares, traslados, exploración de ríos, charters privados, charters turísticos, etc.).

Desde que tomara la decisión de vivir su pasión por navegar, Paula se ha deshecho de lo que es prescindible para vivir una vida nómada y navegante, que le llena de satisfacciones.