Boris Johnson rechazó ayer formalmente la petición de un nuevo referéndum de independencia para Escocia, que le hizo llegar el pasado diciembre la ministra principal, Nicola Sturgeon. Johnson desestima la consulta por un periodo indefinido y argumenta que Escocia ya decidió sobre el asunto y lo dejó zanjado en el 2014. «No puedo estar de acuerdo con ninguna petición para transferir el poder, que podría conducir a un nuevo referéndum de independencia», señaló el primer ministro en una carta difundida por Twitter. «Otro referéndum de independencia continuaría el estancamiento político que Escocia ha vivido en la última década... Es el momento de que todos trabajemos para unir al Reino Unido», afirma en la nota, donde recuerda que Sturgeon aceptó que aquel referéndum sería una votación única «en una generación».

Johnson repitió durante la campaña electoral del pasado mes que no permitiría una segunda consulta. Con esa posición se distanció ante los votantes de su predecesora, Theresa May, quien había aparcado el asunto hasta después del brexit.

El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, había sugerido por su parte que, de ganar las elecciones, estudiaría la posibilidad después de los comicios autonómicos en Escocia el año que viene. La autorización del Gobierno británico es indispensable para que el referéndum se realice de manera legal.

Tras conocer el rechazo, Sturgeon acusó a Johnson de mostrar «un desprecio absoluto por los votos, los puntos de vista y los intereses de los escoceses», con una posición «insostenible». Para la ministra principal cuánto más se empeñe el premier en bloquear el referéndum «más claro queda que la unión de Westminster no es una asociación entre iguales y más aumentará el apoyo a la independencia».

SEGUNDO SEMESTRE / El pasado 19 de diciembre, Sturgeon reclamó por escrito a Johnson el traspaso de poderes al Parlamento autonómico de Escocia para poder celebrar legalmente la consulta en el segundo semestre del 2020.

La petición de Sturgeon iba acompañada de un documento en el que argumentaba en favor de la consulta. Una de las justificaciones era el resultado de las elecciones generales el 12 de diciembre, en las que el Partido Nacional Escocés (SNP) obtuvo 48 de los 59 escaños en juego.

La respuesta de Jonhson también fue criticada por el ministro principal de Gales, el laborista Carwyn Jones. «Si Boris Johnson dice que solo es asunto del Reino Unido el elegir marcharse de la UE, entonces es un asunto sólo de Escocia si elige dejar el Reino Unido. Así como Bruselas no ha prevenido el referéndum del brexit, así Westminster no puede detener este».

Por otra parte, Johnson reveló ayer que «prepara un plan» para financiar con donaciones que el Big Ben, en obras desde hace dos años, repique el 31 de enero para marcar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).