la decisión adoptada por Varea de cambiar de apoderado marcó un punto y aparte en su carrera. Supuso un borrón y cuenta nueva. Un volver a empezar de cero. Conscientes de que necesitaba a alguien a su lado, sus nuevos mentores, los Chopera y los Matilla, eligieron a Curro Molina como la persona idónea para encarrilar esta nueva andadura del joven torero. El de Almassora, en esa búsqueda por alejarse de los fantasmas de la duda y encontrar ese autoconvencimiento, hizo las maletas y viajó hasta Sevilla, buscando la inspiración a orillas del Guadalquivir, una tierra de artistas y toreros de sentimiento.

Desde entonces hasta ahora no ha bajado la guardia pensando en una tarde: la de Castellón. Y sabiendo que le espera una temporada de grandes compromisos en la que estará en los primeros circuitos como Valencia, Sevilla y Madrid, tres escenarios en los que dirá adiós como novillero y en los que deberá dar argumentos para que los aficionados le esperen como uno de los jóvenes aspirantes al cetro del toreo. Y todo, con una alternativa en el horizonte, con una feria entre ceja y ceja: la de Hogueras de Alicante, que podría ser el escenario en el que se doctorase en tauromaquia.

El campo andaluz ha sido el cuartel general de Varea durante todo el invierno. Desde allí han llegado noticias cargadas de ilusión y esperanza de los ganaderos que le han visto torear. Uno de ellos, José Núñez, propietario de la divisa La Palmosilla, quien aseguraba que había visto torear a Varea como muy pocos. Este ganadero gaditano ha sido siempre generoso con él desde aquel día en que, estando de tapia, le enamoró con apenas unos muletazos. Como también generosos han sido tantos y tantos otros como Ricardo Gallardo, uno de los ganaderos de esta tarde, quien siempre le abrió las puertas de su casa. También ha estado tentando en divisas de categoría como la de Núñez del Cuvillo, curiosamente la ganadería a la que pertenecía el toro que toreó en las calles de su pueblo cuando apenas era un novillero sin caballos, en un ataque de amor propio y reivindicativo, y cuyas fotografías recorrieron el mundo taurino. Un toro al que Varea le debe parte de su fama.

Hace apenas unos días que cuajó un toro de manera sensacional a puerta cerrada en la ganadería El Torero. Aseguran los que le vieron que si cuaja un toro así en Castellón, puede convertir la tarde en apoteósica. Incluso llegó a matarlo bien, y eso que la espada siempre fue su talón de Aquiles.

EN VISTALEGRE // Así lo demostró la semana pasada en Vistalegre (Madrid), cuando por culpa de los aceros se le esfumó un premio importante tras haber toreado con su peculiar personalidad a dos novillos de Daniel Ruiz, en lo que fue una primera toma de contacto de la presente temporada.

La tarde de hoy ya está inscrita en la historia taurina de Castellón al ser el primer novillero que lidia en solitario seis astados en la Feria de la Magdalena. Todo un hito, un acontecimiento en el que todo el orbe taurino tiene puesta su mirada. El de Almassora tiene ahora la oportunidad de que esa página se escriba con letras de oro. H