La misma izquierda que en la Comunitat Valenciana hace crecer un 50% el número de asesores y altos cargos o sus salarios en Castellón capital, compra los coches oficiales a pares y riega de ayudas al nacionalismo, va, y ahora, se queda sin dinero.

Así que los de Ximo Puig van a decretar el cierre presupuestario en septiembre y todo parece indicar que serán 500 los millones que se dejarán de invertir, algo más de la mitad de lo previsto para el año.

Una de las excusas es que Pedro Sánchez no les paga lo que adeuda a las autonomías, pero no los verás manifestarse como hacían contra Mariano Rajoy, que también era víctima del sistema de financiación autonómico socialista, ahora guardan silencio militante.

La situación de crecientes listas de espera sanitarias y de ausencia de inversión de colegios e institutos era perfectamente previsible cuando semanas atrás nombraron 330 altos cargos y, en lugar de suprimir los organismos a que te obliga tu propio Ministerio de Hacienda --58 entidades fueron eliminadas con el último gobierno autonómico popular en plena crisis zapatera--, resulta que el presupuesto en el sector público con PSOE/Compromís aumenta un 34%, hasta los 688 millones, y como supondrás, la mayoría en aparato de propaganda y personal amigo.

PERO LO MÁS LLAMATIVO de estas plantillas, que tienden a infinito, es que dejen perder 235 millones dirigidos a desempleados, no hayan adoptado una sola medida en favor de nuestros agricultores o no tomen conciencia de que la desaceleración económica en sus manos será una profunda crisis.

Así, mientras en julio teníamos la menor caída de paro de los últimos once años, las exportaciones se frenaban y la venta de viviendas y coches se desplomaba, el Ejecutivo socialista sigue, allí con lo de Franco, y aquí, preocupado porque muchos niños aún hablan castellano en el patio.

Y a la ineficacia en la gestión hay que agregar la complacencia con una discriminación que llega a que Pedro Sánchez solo haya invertido en la Comunitat Valenciana el 1% nacional, cuando el pasado diciembre modificamos el Estatut para animar al Gobierno central a invertir en Comunitat una cantidad próxima al 11% de población que representamos.

Ni podía haber peor inicio de legislatura en empleo, obra pública y financiación, ni peores soluciones que hipotecarnos con nuevos pagos por uso de autovías o por la llegada de turistas, cuando todo el mundo es consciente de que la solución no son mayores impuestos sino dejar de subvencionar al nacionalismo, eliminar parte de los 116 asesores de Puig, Oltra y Dalmau o suprimir chiringuitos que cuestan ya 688 millones anuales.

*Presidente PPCS