Aunque forme parte del grupo de ciudadanos que cree que España es una realidad plurinacional que solo conseguirá operatividad articulando su heterogeneidad, también soy de los que consideran que el coronavirus ha demostrado el fracaso estrepitoso del modelo del Estado de las autonomías. Al menos, de ese modelo tal como lo hemos tenido estructurado hasta ahora.

No hay más que ver lo que nos está ocurriendo con la pandemia. Desde el punto de vista sanitario, una de las competencias más descentralizadas en nuestro modelo, el desastre es evidente. No solo somos el país europeo con más contagios sino el que está reaccionando con más impotencia. Las instancias internacionales más prestigiosas ya están estudiando no solo las características de nuestros contagios y de la escandalosa mortalidad, sino el ejemplo negativo de las contradicciones que hemos cometido con nuestro esquema político organizado en autonomías en la prevención, las compras de material sanitario, la gestión cotidiana, la descoordinación entre territorios y la mala administración de las técnicas y herramientas de combate.

Y, tras el fracaso sanitario apuntamos hacia algo similar en relación a las consecuencias socioeconómicas del problema. La relación entre eso y nuestra división en autonomías tiene un argumento: todo nos funcionó menos mal mientras el Gobierno central administró la crisis. Lo hizo apoyado en aquel estado de alarma tan vituperado por casi todas las autonomías, cuyos dirigentes predicaban que si les dejaban llevar las riendas lograrían mejores resultados. La realidad les ha desmentido. Sabemos que en aquellas circunstancias tampoco lo hizo muy bien el Gobierno de Pedro Sánchez . Pero casi todo lo que ha venido después ha sido menos operativo.

La sanidad no nos ha fallado por no estar centralizada sino por la mala calidad de su descentralización en parcelas territoriales desconectadas entre sí. Y no solo la sanidad que quedó irracionalmente desvertebrada entre territorios con problemas similares pero sin mecanismos para abordarlos conjuntamente.

El covid ha demostrado que se dibujó un modelo que luego, por no completarse, en la práctica actúa frecuentemente contra los intereses de los ciudadanos. H

*Periodista